FERIA

Lo bueno, lo bonito y lo feo de la Feria del Libro del Oeste

Desde el pasado 27 de noviembre y hasta el 3 de diciembre se desarrolló en nuestra Alma Máter la segunda edición de la Feria del Libro del Oeste de Caracas.

Este evento, que tuvo lugar en la planta baja de nuestro Edificio Cincuentenario, contó con la presencia de personalidades importantes, como el Embajador de Italia, uno de los países invitados cuya embajada colaboró con el patrocinio del espacio, junto a Polonia y Argentina. No obstante, y aunque en términos generales los ucabistas agradecen la apertura de ventanas como estas donde se puede compartir y disfrutar de la cultura, es innegable que no todo fue perfecto y que ni siquiera en esa especie de burbuja hecha de libros escapamos de la “situación país”.

Lo bonito: ¡Un espacio diferente!

Para los ucabistas la apertura de estos espacios siempre es una cosa que se agradece, ya que permiten el esparcimiento y el escape de la rutina universitaria diaria sin tener que salir del campus o faltar a clases. Así lo confirma José Fariñaz, estudiante de Psicología, para quien lo más bonito de esta feria es lo que implica en sí misma: un espacio para compartir pensamientos y gustos por la lectura libremente.


Lo bueno, lo bonito y lo feo de nuestro cafetín


Muchos otros estudiantes coinciden con él. Este el caso de Naomi García, quien estudia contaduría y asegura que estos espacios terminan por motivar mucho a los estudiantes y propician la convergencia de todos los ucabistas, sin importar las preferencias particulares, alrededor del evento.

Por otro lado, otros estudiantes afirmaron que físicamente el espacio se veía mucho más lindo que durante la edición pasada. Se tomó en cuenta que incluso algunos puestos trajeron elementos decorativos nuevos, como fue el caso de los sillones tipo puffs disponibles en uno de los stands para sentarte a hojear algún ejemplar.

¿Y lo bueno?

¡Variedad! Así es, si hay algo bueno que resaltaron los estudiantes es que en la feria se podía encontrar de todo. Desde camisetas de Juegos de Tronos y libros relacionados a otros mundos de fantasía y ficción, hasta cuentos infantiles y libros más especializados, como los de política, comunicación, psicología e historia… Hubo de todo.

Edson Goncalves, estudiante de Comunicación Social, explica: “Había puestos muy variados y para todos los gustos. Desde el primerito, que estaba lleno de camisas, libros y pancartas relacionadas a la cultura Otaku, hasta otros mucho más especializados, con literatura menos fantasiosa y más informativa”.


“Aunque a veces en varios stands pueden ver libros repetidos, es innegable que este año hay bastante variedad en cuanto a contenidos disponibles”. José Fariñaz, Psicología


Asimismo, Angélica Pérez, estudiante de Letras – y nuestra fuente más confiable- secunda la idea, aunque se le hace imposible no recalcar que esto se ve opacado por los altos precios. Y es así como, inevitablemente, llegamos a lo feo de la Feria del Oeste.

Lo feo: la inflación se come hasta los hábitos de lectura

Aunque no nos guste admitirlo es innegable que, ni siquiera paseando entre buena literatura y acompañados de amigos, escapamos del fantasma más temido por los estudiantes: ¡la inflación y la situación país! Y es que el problema no era que no consiguieras en algún stand tu libro favorito o ese ejemplar que llevabas tiempo queriendo leer y no conseguías, sino que las ilusiones de todos se iban al suelo al escuchar los precios.

Pocos libros -o ninguno- bajaba de los 150.000 bolívares, y seguramente todos llegamos a escuchar cifras que superaban los 500.000. ¡Algunas incluso llegaban al millón de bolívares!


“Está todo muy variado, pero con esta economía, uno recorre los puestos y te sientes pobre cuando escuchas esos precios por un solo libro… Una locura”. Angélica Pérez, Letras


Por su parte, Naomi afirma que aunque ciertamente lo más problemático son los precios, “no hay mucho más que pedir dentro de un contexto inflacionario como el que atravesamos como país, donde ya todo está subiendo de precio semanalmante”.

Por otro lado, otros estudiantes coincidieron en que la ubicación del espacio no fue la más cómoda y obstruyó muchísimo la entrada a los salones para quienes ven clases en el Edificio Cincuentenario. Sin embargo, son detalles que en ningún momento desmeritan el valor tan positivo que tuvo el evento en sí, mucho menos tomando en cuenta la buena cantidad de gente que asistió y disfrutó de este espacio dentro de nuestra Alma Máter. Y para ti, ¿qué fue lo mejor y lo peor de la Feria del Libro del Oeste de Caracas?

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