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Lo bueno, lo bonito y lo feo de “El Becazo 2017”

El tan esperado Becazo -y vaya que se hizo esperar- fue anunciado con tiempo para que todos tuviesen el chance de ahorrar y tomar sus previsiones antes del día del evento. La entrada, hasta el viernes 15 de diciembre, tuvo un costo de Bs. 30.000 y el día del evento Bs.50.000, lo cual fue prácticamente un regalo.

El día del evento pasadas las 11 de la mañana, la cola se empezaba a formar en la parte de abajo de la entrada a las canchas. En un primer momento, todos colocaban cara de fastidio o “ladilla” al ver la cola que se hacía cada vez más grande. Sin embargo, el proceso fue bastante rápido y la multitud avanzó en poco tiempo.

Conforme la gente iba subiendo, se podía sentir la emoción y las altas expectativas sobre el evento. Daniela Gómez, estudiante de 9no semestre de Comunicación Social, comentó sobre la decoración y la organización del día anterior: “Vi algunas fotos de ayer en la noche y se veía brutal la tarima y todo lo demás. Lo único que me preocupa es si el tamaño alcanza para el gentío que viene”.

La ola de comentarios buenos y las risas fueron solo una parte de todo lo que se vivió. Sin embargo, hubo de todo, tanto críticas positivas –en su mayoría- y críticas no tan buenas. Pero, ¿cómo podría resumirse lo bueno, lo bonito y lo feo de “El Becazo”?

Lo bueno: la iniciativa social, la rumba y el alcohol sí cuadran

El Becazo es, sin duda alguna, un evento que tiene todas las de ganar dentro de la comunidad ucabista. ¿Qué mejor que colaborar con las becas y, a su vez, disfrutar de unas cervezas bien frías acompañado de tus panas y buena música? Sinceramente no hay nada mejor que eso.

Los estudiantes clamaban por el becazo y, en su momento, se escuchó cómo los ucabistas unían sus voces en el peculiar coro de “Useche haz el Becazo” mientras este se encontraba en la tarima junto a Nicola Yaminne.

Aunque no fue precisamente la gestión de Álex Useche la que realizó el becazo, el momento se prestó para corear algo que se estaba pidiendo a gritos desde hace varios años. Por otro lado, los invitados no defraudaron. Los Djs, artistas y deportistas invitados brindaron a los espectadores un momento ameno en el cual la risa, la música y las ocurrencias hicieron de la tarde un “bonche”.


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Lo bonito: un espacio bien distribuido para compartir entre pana

Gran parte del disfrute de los ucabistas se debió a la acertada disposición de los elementos que conformaron el espacio de la cancha de béisbol. El lugar, a pesar de que se pensaba que era pequeño para la cantidad de gente esperada, cumplió con las expectativas del público.

El que quería “bochinche” podía estar al frente de la tarima. Para aquellos más relajados estaba el lateral izquierdo o el fondo del estadio y para aquellos que se debatían entre una opción y la otra estaba el lateral derecho. Es decir, había espacio para todos.

Una de las cosas que más llamó la atención fue el apartado de comida ubicado al fondo del estadio. Es que de solo pasar por ahí y oler la comida que cocinaban a cualquiera se le hacía agua la boca, sin contar los demás stands de comida dispuestos en esa zona que, en conjunto, desprendían el mejor olor comida recién hecha.

Lo feo: el “humo tierra” y la cola para pagar las cervezas

Como todo no puede ser perfecto, hubo cosas que estresaron un poco a la gente. Primero el hecho de que el “humo” que se veía en la atmosfera no era más que tierra que se elevaba por el movimiento de las personas.

Johana González, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Informática, comentó que, a pesar de que la pasó de maravilla, la tierra la molestó en cierto momento. Entre risas comentó que: “Lo único que me estresa es la tierra, siento que nos estamos tragando todo esto y mañana vamos a amanecer con tos todos, pero no importa, es el becazo”.

Por otro lado, hubo quienes se quejaron mucho de la venta de los tickets para retirar las cervezas. El proceso, antes de las 12 del mediodía, fue rápido y tranquilo. Más tarde a eso de la 1 de la tarde, cuando empezaba a llegar más gente, la cola y el sistema colapsaron.

No se sabía cuántas colas había, ni dónde comenzaban y por qué no se movían. Según un miembro del comité organizador “los puntos estaban algo lentos”, lo cual, en ocasiones, se traducía a “una pana está pasando como mil tarjetas”.


“…agradezco mucho que se haya retomado esta tradición que ayuda a todos aquellos que, como yo, necesitamos fondos para culminar nuestros estudios”


Hubo mucha gente que duró más de una hora tratando de pagar con el punto. Muchos se dieron por vencidos y no pudieron comprar los tickets, otros sencillamente acordaron con los panas con el típico “paga tú ahí que yo después (o nunca) te transfiero”.

En general las opiniones acerca del tan esperado “Becazo” fueron positivas. La gente, la música, la organización y todo el evento en general han dejado a más de uno satisfechos. Muchos estudiantes coincidían en que sería buena idea realizar este tipo de eventos de manera regular para no perder esta tradición.

Crisley Duque, estudiante de décimo semestre de Comunicación Social comentó que: “No hay mejor manera de culminar la carrera que con El Becazo. Yo fui beca trabajo desde mi tercer semestre y agradezco mucho que se haya retomado esta tradición que ayuda a todos aquellos que, como yo, necesitamos fondos para culminar nuestros estudios”.

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