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Julen Azpiritxaga, reinventando cómo ayudar al país

Julen recuerda esta época como un momento de radicales cambios en su vida:

A mi siempre me interesó la política, recuerdo sobre todo la época del movimiento estudiantil del 2007, yo no iba a marchas, en ese momento estaba en cuarto grado, pero  veía a mis papás saliendo a la calle y la unidad de la gente en un momento tan oscuro. No entendía qué pasaba pero esto hizo interesarme mucho por lo que se podía hacer a través de la política.

Antes de las protestas del 2017 yo tenía la idea de que se podían cambiar las cosas a través de buenas políticas públicas, que tuvieran un gran impacto en lo social, como las propuestas de km cero. Sin embargo unos meses antes de las protestas había la sensación de que se acercaba algo y me interesé por formar parte de la representación estudiantil. 

¿Cuál era tu papel en las marchas?

Al principio ninguno, trataba de ayudar en lo que podía, pero poco a poco fui asumiendo, con un amigo, funciones de él que era el Coordinador de Seguridad del movimiento. Hasta que un día entre todos me propusieron el cargo oficialmente.

¿Qué hacías como coordinador de seguridad?

Bueno estaba pendiente de que todo  el mundo llegará bien a su casa. Viendo en retrospectiva fue un trabajo que por toda la consciencia del equipo resultó en que no ocurrieran cosas demasiado graves con ningún UCABISTA.

Yo me paraba a eso de las 4 todos los días para bajar a Caracas, yo vivo en San Antonio, organizaba a la gente y planificaba rutas de acceso seguras para tener mayores probabilidades a que nadie saliera herido.


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Cuando veo a Julen hablando de este momento de su vida su rostro cambia, se torna más serio y se nota que está trayendo a la entrevista muchos recuerdos con una gran carga para su vida. Me recuerda lo que viví en las protestas del 2014 y todo el fracaso y desesperanza que sentí cuando todo eso terminó en nada cuando paró la calle y no puedo evitar preguntarle:

Cuando paró la calle todo parecía que pasó en un momento ¿Qué te quedó de ese momento?

En medio de las protestas el padre Leo reunió a un grupo del movimiento y recuerdo que nos preguntó “¿Qué pasa si se acaban las protestas sin que pase más nada?” en ese momento ninguno aceptaba que eso podía pasar, que si se apagaba la calle se acababa todo por lo que habíamos luchado. Ahora, puedo ver que el mundo no se acaba hasta que se acaba.

La calle se apagó pero la esperanza no porque estar afuera, lejos de todo lo que yo quería me hizo comprender que yo aún tenía cosas por las que luchar pero que no iba a ser por el medio en el que le había puesto toda mi esperanza.

De las protestas me quedó mucho de otra gente, cómo debes estar cerca de la gente para poder ganarte su confianza, cómo solo con el contacto directo puede lograr que otros entiendan tu autoridad, no porque eres el jefe sino porque los conoces cuando tienen miedo o tristeza y cuando tú mismo eres capaz de demostrarla.De esta experiencia me quedaron excelentes amigos incondicionales, como Carlos. También aprendí mucho de lo que significa poner tu vida en manos de otra persona.


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Es fácil reducir a una persona a un momento de su vida.  Julen vivió el momento de las protestas con una intensidad que lo llevó a crear una experiencia nutritiva y que le dejó algo y de lo que tengo mucho que aprender.

Pero este estudiante de economía no se reduce a su paso por el movimiento estudiantil. Me sorprendió saber que antes de entrar en la universidad probó suerte en el País Vasco dónde estudió cocina y que luego volvió a Venezuela con una conciencia más grande de lo que significa la familia y de lo que significa estudiar una carrera universitaria

“Apenas entre en la UCAB me impresionó la estructura de la biblioteca y sus espacios, me emocionaba estudiar aquí”.

Ya habías estudiado afuera, imagino que tenías una idea más clara de lo que querías

Bueno, al principio quería estudiar comunicación por el contacto con la gente, pero necesitaba algo de números en mi vida para ponerme estructura. Terminé en economía y fue la mejor decisión. Bueno como todo, hay materias que no te gustan y eso.

Pensando en eso después de todo lo que pasó veo como mi carrera puede ayudar a cambiar lo que creo que puede mejorarse en el país. Solo que uno aprende que es un proceso lento.

¿Qué te ayudó a ver eso mejor?

Fue algo que comencé a ver cuando hice mi primera experiencia en PAZando.  Cuando uno va al interior deja muy poco allá pero se trae mucho a la universidad. Haces real el interior del país y sus problemáticas, entendemos mejor por qué no funcionan las cosas.

Al volver al país después de las protestas esto se me hizo más claro, mi compromiso con PAZando creció y también mi compromiso con las cosas que me di cuenta que eran más importante como mi familia, los espacios donde se construyen relaciones.

Y ahora ¿qué viene?

Uy…

Bueno ahora mismo estoy trabajando en una empresa de finanzas para tomar experiencia y en mis proyectos personales estoy mucho más involucrado con PAZando ya que la organización donde mi hermana tiene relación con este proyecto.

También junto a mi hermano estamos trabajando en la junta directiva del Centro Vasco para apostar a los lugares que hacen familia.

Hablar con Julen hace darme cuenta de cómo se hace verdadera experiencia de las cosas, dándote cuenta del valor de lo inesperado y me hace preguntarme cómo viví yo las experiencias de protesta y cómo llevo vivir en Venezuela ahora ¿A qué le estoy construyendo? Espero tener más conversaciones así para seguir haciéndolo consciente.