Ya no recuerdo mucho de aquel día, así que desistiré de la prolija descripción en esta crónica. Sin embargo, dar un poco de contexto nunca ha sido una acción demasiado compleja para el hombre.
Leonardo Marius, también conocido como el Padre Marius o simplemente «Leo», es el director de la Dirección General de Desarrollo Estudiantil e incluso puede que te lo hayas encontrado como profesor de Identidad, Liderazgo y Compromiso II.
Leonardo estaba sentado en su oficina, sumergido en el sonido de su teclado, acto que lo enajena de las conversaciones triviales, pero no de lo que acontece en aquella ajetreada Dirección, en la que yo también trabajo. Casi ni se inmutó cuando entré, recordándole que habíamos pactado esta entrevista. Leonardo salió de su teclado, se acomodó en su silla y me invitó a tomar asiento con la familiaridad que siempre expresa.
Con un celular, un bolígrafo y una libreta demasiado pequeña para el acto de tomar notas, me preparé para empezar esta entrevista.
Alessandro: ¿Qué significa la música para Leonardo en su vida?
Leonardo: Berro… (Se ríe) ¿Esa pregunta es como muy profunda, no? Yo diría que tengo una relación “particular” con la música, quizá incluso un poco extraña. Con la música soy como aquella persona que sabe que está junto al amor de su vida, pero que no lo termina de aceptar. Comenzó cuando tenía 7 años, cuando mis padres me metieron en una escuela de teoría y solfeo y me pareció la cosa más aburrida del mundo, ya que era algo demasiado abstracto para un niño; lo único que se me hizo más atractivo fue cuando empezamos a tocar la flauta: ya era algo más práctico.
En algún punto no quise saber más de música y dejé de ir a aquellas clases. No fue hasta los 13 años cuando me volví a interesar por la música, esta vez fue por la guitarra, impulsado por mi mamá que estaba empeñada con que todos sus hijos aprendieran algo de música. La guitarra me enamoró. Sin embargo, allí entra en juego lo de “no aceptar el amor” e incluso traicionarlo, pues esas clases eran muy intermintentes. Iba por 6 meses, lo abandonaba y en ese ir y venir estuve casi todo mi bachillerato. Al final, hice como 3 años de guitarra clásica y en esas intermitencias me tomaba mi tiempo para practicar por mi parte e incluso escribir una que otra canción.
Alessandro: ¿Qué tipo de géneros musicales empezaron a cautivarlo?
Leonardo: Tenía una mezcla muy rara. Guiado por mi hermano mayor, el primer grupo que recuerde que me llamó la atención fue Air Supply. Nunca entendí porqué a mi hermano le gustó eso, pues para la época era un pop muy suave. Pero ya más adelante vino toda la oleada de aquel rock del sur como Soda Stereo y Sui Generis. Nos encantaban sus canciones e incluso yo las aprendía a tocar con la guitarra y terminábamos cantándola mis hermanos y yo.
Después vino, para mí, la Trova Cubana. Me enamoré mucho de este género. Autores como Silvio Rodríguez y Paolo Milanés. Eso me marcó a tal punto que luego, cuando hacia el final de mi bachillerato, empecé a componer canciones: todas eran al estilo de Trova Cubana, estaba completamente influenciado por este género.
Alessandro: Hábleme más de aquellas canciones que componía.
Leonardo: Pues sí, empece a componer canciones ya hacia el final de mi bachillerato. Sin embargo, eran canciones más del corte religioso. Fue cuando empecé a pasármela más en la iglesia y cuando empezó a surgir en mí todo este tema vocacional, que terminó en yo siendo sacerdote. Muchas de ellas ya las olvidé, pero supongo que por allí deben estar guardadas en algún cajón.
Alessandro: Yo sé que es difícil elegir 5 canciones, cuando se tiene un mundo musical tan vasto. Pero con que sean 5 canciones que le transmitan, basta.
Leonardo: Lo malo es que en esta relación tan complicada que tengo con la música, hay que añadirle que también soy muy malo para recordar. Pero lo intentaré.
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La Playlist
Soda Stereo – Música Ligera
Leonardo: Para mí este es un clásico que siempre me ha gustado; aunque no sea una canción con mucho contenido.
Jorge Cafrune – Zamba de mi esperanza
Leonardo: Esta canción a mí me encanta. Es de estas canciones Folclóricas Argentinas, de hecho no sé de quién es. Habría que buscar porque la canta mucha gente.
Chopin – Nocturne op.9 No.2
Leonardo: Uff, esta déjame buscarla porque no recuerdo si es de Mozart o Chopin. (Empieza a escudriñar tanto en su mente como en el buscador de Youtube). Se llama Nocturne. Mmm… vaya aquí está ¡Es de Chopin!
U2 – I Still Haven’t Found What I’m Looking For
Leonardo: El nombre es medio largo (Empieza a cantar el estribillo de la canción). Me gusta mucho.
Silvio Rodríguez – Canción del elegido
Leonardo: Una que toqué muchísimo… Sin embargo, la letra es muy polémica. Es una de Silvio Rodríguez… ¿Ahora, cómo es que se llama?
Leonardo vuelve a hacerle honor a la mala memoria para la música de la que galadoneó anteriormente. Esta vez teclea en su pc enérgicamente, como no queriendo dejar esta canción por fuera. No solo eso: empieza a cantarla entre dientes lo que me hace pensar que está buscando con la misma vehemencia entre sus recuerdos. Hasta que finalmente, tras llegar al encuentro con el nombre de la canción, me indicó con alivio.
Leonardo: “Canción del elegido”
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Ya habíamos terminado la playlist y nuestra charla estaba por terminar, cuando se me ocurrió esta pregunta. Anteriormente le había preguntado qué era la música para él; pero esta vez quería ahondar más en ello. Quería que dejara todo en la respuesta, entregándole todo el peso de una suposición.
Alessandro: Si tuvieras la responsabilidad de transmitirle lo que la música significa para ti, a otra persona, ¿qué le dirías?
Leonardo: Lo primero es que si te quieres enamorar en esta vida, tienes que escuchar música. No entenderías lo que es la belleza de algo externo a ti, si no has tenido la experiencia de la música.
Lo segundo sería que no se puede entender a un pueblo, ni su cultura, si no escuchas su música y si no cantas con ese pueblo. Eso es imposible porque cada cultura tiene esa expresión y para entender lo que es un pueblo o una comunidad, hay que ayudar a la gente a que aprendan a cantar juntos: ¡cantemos juntos y juntos descubramos la belleza de la vida!
La música, si es buena, te lleva a conocer la belleza. El problema es que no toda la música es buena, pero si lo es, la música te remite a una experiencia religiosa. Si alguien es ateo y uno quiere que sea creyente, basta con ponerlo a escuchar música buena y en algún momento, a través de la experiencia de percibir algo tan bello, se dirá “Esta vaina no la pudo haber generado el hombre”. Si tu abres tu espíritu a la música, esa belleza te remite a otras cosas: te remite a un pueblo, te remite a la belleza de la vida.
No pude pedir más. Simplemente nos dimos la mano, me levanté y lo dejé otra vez sumergido en su teclear que lo aislaba de lo trivial y lo enfocaba en lo extraordinario.
Con el celular lleno de anécdotas grabadas, un bolígrafo, ahora sin tapa y la libreta rayada, me eché sobre mi escritorio sin saber cómo haría para transmitirles a ustedes, ahora con letras, lo que Leonardo me transmitió con sus palabras sobre la música.