Organizada, perfeccionista y algo distraída. Así es Laura Soler, una joven estudiante que definitivamente ha encontrado la clave para combinar, de la mejor manera, dos de sus más bonitas pasiones: la comunicación y las letras.
Y es que desde que estaba a punto de graduarse, ya Laura tenía entre ceja y ceja la idea de estudiar dos carreras al mismo tiempo, aunque a muchos les parezca rara la idea. “Es cómico porque la gente siempre cree que yo quería estudiar Letras y que mis papás no me dejaron, pero la verdad es que pude haber estudiado cualquiera de las dos sin ningún impedimento”, afirma.
Lo cierto es que gracias a esa decisión hoy, ya con 22 años, Laura goza de las mejores ventajas que le da cada una de las opciones, las cuales juntas hacen una combinación increíble. Sobre todo porque esta estudiante decidió especializarse en un área de la comunicación donde las Letras encajan perfectamente: el periodismo.
“Comunicación me ha enseñado a hacer; Letras, a ser”
Para Laura, la diferencia entre ambas carreras es al mismo tiempo lo que hace que estas engranen perfectamente entre sí. Por un lado, tienes una carrera como comunicación, que “me lanza al mundo y me encanta. Adquieres habilidades y ves en la práctica si estás preparado para el reto”.
Mientras tanto, Letras te da el pase a un mundo diferente, donde “me he visto forzada a ser más inteligente, porque quedarte en el nivel descriptivo no es suficiente, debes aprender a interpretar, a trascender, y todos los docentes te obligan a tomar ese camino. Me gusta”.
Más allá de las aulas
Pero aunque nos parezca una locura, aún con dos carreras en proceso, Laura ha decidido adentrarse en el mundo de la vida universitaria, aprovechando el campus más allá de las aulas de clase.
Actualmente, forma parte del Centro de Estudiantes de Letras (CEL), donde colabora y trabaja por ofrecer a los estudiantes de su escuela más espacios para desarrollar todas sus habilidades.
Y aunque muchos se preguntan si esto hace a Letras su carrera consentida, lo cierto es que la razón que impulsó a Laura a formar parte del CEL y no del Centro de Estudiantes de Comunicación Social (CECOSO) es bastante lógica: ¡En Letras hace falta gente!
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“En comunicación no solo somos muchos, sino que somos muchos dispuestos a trabajar y a hacer política. Cada plancha tiene un importante aparato detrás. En Letras no es así, somos muy pocos y si quieres que se haga algo debes hacerlo tu mismo”, explica.
Así, aunque definitivamente no le gusta la política, desde esa bancada se enfoca que aperturar cada vez más espacios para que los estudiantes de Letras encuentren razones para aprovechar mejor la universidad.
Por otro lado, Laura también participó en la creación del Círculo de Lectores, una ventana que se abrió, en un principio, para estudiantes de Letras pero que terminó por atraer a un público bastante diverso: desde estudiantes de ingeniería, hasta comunicadores.
La clave del éxito
Aunque Laura reconoce que la organización ha sido una clave fundamental que le ha permitido avanzar en ambas carreras al mismo tiempo, lo cierto es que no posee una receta precisa. Eso sí, en un camino como este y como en la vida misma, no todo ha sido sencillo.
Sin embargo, si de resaltar un paso clave se trata, Laura recalca la importancia de ir dando un paso a la vez mientras recuerda el clásico post de Facebook que reza “dormir, salir con amigos o buenas notas. Escoge dos”. Todas las semanas suele escoger dos diferentes, según las necesidades.
“En todos los semestre llega lo que yo llamo un agujero negro, donde ves el horizonte pero todo es incertidumbre. Hay notas bajas, a veces el tiempo no te alcanza para prepararte como querías, no puedes ahondar en un tema como desearías… Pero siempre sale”
Así, eventualmente el semestre acaba y Laura sale casi siempre ilesa. Mientras tanto, fuera del campus, cultiva sus amistades como el tesoro más preciado y confía en la gente. “Sí, me gusta confiar, creer en la gente. Pero además soy muy perfeccionista, y quizás eso viene a ser mi mejor virtud y mi mayor defecto”.