Lancemos la moneda
Antes de dar el paso para formarnos como profesionales, nos cuestionamos qué nos conviene; muchas veces no sabemos qué hacer con nuestra vida. Pensamos en lanzar la moneda y según el resultado, elegimos. A través de la indecisión, tendencias o moda, nos direccionamos a lo más fácil y menos integral.
El deseo por entrar a un área de competencia, pero sin dedicar el tiempo necesario ni estar en el mejor lugar de estudio, ha generado que los jóvenes dejen de segunda opción a la universidad, ingresando a un curso o instituto que no le brinda la educación reconocida que se merece.
Bien es cierto que en algunas empresas ya no exigen un título universitario para contratar a sus empleados, sino ser especialista en el trabajo que se va a ejercer; de esta manera, limita a la persona por no contar con saberes integrales, globales y complementarios.
“Antes de iniciar en la universidad me inscribí en un curso de gastronomía. Sí me gustó y me sigue gustando, pero sentía que no era suficiente”. Víctor Delgado (3er semestre de Economía).
Magis al Extremo se enfrenta al desánimo estudiantil
Oportunidades
No solo se obtienen conocimientos de la carrera a cursar, sino que se adquieren otras competencias, las cuales te enseñan diversas materias relacionadas o no con tu profesión. Sobre todo si eres ucabista, el estudiante se distingue del resto de los estudiantes universitarios, por la formación ignaciana que desarrolla en él habilidades de distintas esferas.
Por ejemplo: el estudiante ucabista, en gran medida, disfruta al máximo su paso por la universidad, ya que esta le ofrece un abanico de oportunidades para aprender en diferentes ámbitos, como el deportivo, cultural, académico, artístico; lograr un nuevo idioma y, también, atiende los gustos en las diferentes agrupaciones.
Relaciones
¿Dónde dejamos a los panas? Son muchísimas ventajas: una de ellas tiene que ver con quien te relacionas; te da el beneficio de conectarte con otros entornos, no solo en un campo de saberes, sino de vivencias, manifestaciones, opiniones y gozadera. Sin importar a qué te vas a dedicar, el espacio universitario da pie a conocer a personas con perspectivas muy diferentes a la tuya.
Dicen por ahí los científicos que los polos opuestos se atraen. Entonces, ¿qué mejor lugar que en una universidad, con tantos polos opuestos, para conseguir el amor? Es bien bonito ver como una estudiante de psicología se enamora de un estudiante de ingeniería: “su mente tan cuadrada y la mía tan afectiva”.
Clásicos: los panas de la Universidad
Un buen piloto se prepara bien
Te dejo unas palabras bien chéveres que me dijo la profesora Margarita Meneses de Metodología: “No hay que apartar otro tipo de educación, pero si quieres convertirte en un individuo con una formación perfeccionada e integral, debes estudiar en una universidad y mucho más si es en la Católica“.