No ha de sorprender que Gran Radio Riviera, una agrupación con un título compuesto tipo La Vida Boheme y que hace referencia al tercer disco de Metronomy, haga eco en los iPods de tantos jóvenes en la Caracas fantasmal de hoy.
Dos de sus miembros son estudiantes de la UCAB: Sebastián Crespo y Juan Velasco, los frontmen. Cuentan que la banda nace en el Colegio Santiago de León de Caracas con el nombre Los dinosaurios.
Desde un inicio, la influencia de artistas de los años ochenta, como Charly García, se hizo evidente. Su determinación por formar parte del circuito de rock indie de la Caracas de su bachillerato, los llevó a ganar el Festival Intercolegial Nuevas Bandas en 2013.
–¿Por qué el cambio de nombre? –pregunto. Sebastián responde:
–Sentíamos que Los Dinosaurios era un nombre muy inmaduro. Primero decidimos cambiarlo a Dinosaurio. Me gustaba, era bastante cool porque era una sola palabra, se te quedaba en la mente. Pero en cuestiones de marketing, tú buscas Dinosaurio donde sea y te salen dinosaurios. En cambio buscas Rawayana y te sale Rawayana. Buscas La Vida Boheme y te sale La Vida Boheme.
El primer disco
Tanto, su primer disco, fue lanzado en marzo de este año. Las diez canciones del disco han llenado los espacios de Cusica un par de veces ya. Su presentación en El Cerrito fue retratada por varios medios virtuales y stories acompañados de chillidos en Instagram.
La producción contó con personajes como Alejandro Sojo, de Los Colores; Rafa Pino, quien cuenta con una nominación a los Grammys Latinos en el género folk; y Wincho Schafer, hace unas décadas bajista de Sentimiento Muerto. A través de teclados que apuntan a lo retro y coros pegajosos, quisieron hacer un álbum que hiciera eco del amor y las heridas que deja. Y vaya que el amor los ha seguido estos meses.
Lo bueno, lo bonito y lo feo de los ucabistas
En temas como el single promocional que mencioné al inicio de este escrito, Victoria, se escucha la auto obsesión y la renuencia a dejar una relación. Todo entre synthlines que recuerdan a Two Door Cinema Club y coros que reviven una banda que explotó muy rápido, Fuego Montevideo.
Impaciente comienza con un bajo que hace de The Cure una banda criolla, que emparenta a Gran Radio Riviera con tlx, la banda marabina. Las vibras que buscan transmitir son explícitas, inescapables. No obstante, me gustaría que en lo lírico, sus canciones se escapasen de ciertas rimas fáciles y profundizasen en los desganos del corazón.
“Hiriente como la metralla, la ráfaga amorosa provoca entorpecimiento y miedo: crisis, revulsión del cuerpo, locura,” alguna vez escribió Roland Barthes. En la mayoría de los casos, la locura en Tanto está bastante controlada, va con una pastilla de por medio.
Una banda más que pertinente
Creo que es seguro apuntar, también, que Gran Radio Riviera es una banda más que pertinente. La ciudad está llena de espectros, sí, pero eso obliga a que cada vez nos fijemos más en lo virtual, en nuestras pantallas. Bien lo explica Simon Reynolds en su libro Retromania, el pop hoy está adicto a su pasado. La máquina del tiempo que es Internet nos ha hecho producir cantidad de revivals y remixes.
En los años donde el vaporwave y vídeos de música como el de Walk It Talk It proliferan en cada laptop, ni siquiera lo que algunos llamarían una república bananera, se escapa del resto del globo. La agrupación de Curly, Juan, Ricardo, Erick y Diego son un vínculo genial, bastante representativo, de las dudas que comparte el globo entero.
Fabiana Giacobbe: ucabista y moitera de corazón
“También quiero ser cineasta, dedicarme a la industria audiovisual,” comenta Crespo sobre sus estudios de Comunicación Social. “Yo no sé si podría vivir al cien por ciento de la música, necesitaría tener a juro algo más conmigo, llevar algo más en mi viejo”.
A Velasco, abogado in-the-making, se le ve de tanto en tanto en saco y corbata por los pasillos de la Católica. Pero no quisiera separar sus dos pasiones. Los acompañe o no la música y su nostalgia por el amor a futuro, no cabe duda que el rugido de ambos que nace en la colmena, es en el presente una imagen de la Caracas cosmopolita que no desaparece.
Es de esperarse que / esta ilusión se dé solo un instante. Son palabras que zumban en tu oído mientras corres al salón de clases entre saludos y falsas sonrisas. O que zumbarán, si antes de estas líneas no conocías esta banda. A mí me hacen recordar una tarde con Juan en la playa, entre infinitas risas y cuentos sobre la Colonia Tovar.
Así, se unen la nostalgia y lo contemporáneo entre los acordes de un tema, y los de nueve otros también. Bailemos velozmente mientras invaden la radio, mientras la capital se mantenga parte de un mundo interconectado.
Escrito por Carlos Egaña.
Foto cortesía de Billboard.