La primera vez que vi a Nathasha Contreras fue en la entrada principal de la biblioteca. Ella era la encargada de tomar la foto que iba a acompañar mi historia de vida para VidaUCAB… Una foto en uno de los lugares más bonitos para la gente de otras universidades: los baños de la biblioteca. Recuerdo haber subido por el ascensor junto a ella y un amigo, en silencio, hasta piso dos. Seguramente allí estaría el baño de hombres abierto.
Después de revisar si el baño estaba vacío, y de que un amigo estuviera afuera “cantando la zona”, le dije que podía entrar. Yo esperaba al frente del lavamanos sin saber muy bien qué hacer.
Nathasha se había mantenido seria todo este tiempo, apenas le había escuchado decir un “hola, ¿cómo estás?”. En ese momento abrió la puerta de uno de los cubículos, enfocó con su cámara la poceta y, tras acomodar la luz, me dijo: “dale, en la poceta, siéntate”.
Durante todo ese tiempo yo estuve posando precariamente y ella sacándome fotos desde la puerta del cubículo. Su cara no cambió. Ni siquiera cuando escuchamos bajar el agua en el baño de al lado. Ni siquiera cuando salió un estudiante y se nos quedó viendo fijamente hasta que salió del baño.
Su cara de seriedad no cambió. No hubo ni una mirada de pena hacia el chamo, ni una mirada de reproche para mí -que no revisé bien el baño-.
La cara más seria detrás de VidaUCAB
Cuando terminamos y nos despedimos, no tenía ni las mínima idea de nada… ¿Quién era Nathasha? ¿Le caí mal o le caí bien? ¿Me odiaba o le daba igual? ¿Era la primera vez que le tomaba una foto a alguien en el baño de biblioteca? Solo una cosa me había quedado clara en ese momento: qué profesional es esta chama.
Y es que Nathasha lo sabe. Es de esas personas con “cara seria”. Pero después de conocerla y ver mucho más allá de esa actitud, que de una manera u otra ella entiende que podría afectar a los otros, ves a una persona con una gran disposición a ayudar a los demás.
A Nathasha le encanta crear y lograr que las ideas de otras personas se hagan realidad. A veces poniendo demasiado de ella misma en el proceso. Asimismo, siente que tiene que cambiar las cosas malas del mundo, y cuando sabe que está haciendo las cosas bien y arreglando lo que está mal, no le importa como los demás la vean.
A pocas semanas de terminar la carrera
Una de las cosas por las que siempre luchó esta estudiante de décimo semestre de Comunicación Social – mención audiovisuales, fue por cambiar la percepción de la típica estudiante de comunicación social. Una carrera donde suelen existir muchas evaluaciones en grupo, y es muy fácil “tirársela al hombro”. Eso sí, cuando hay amor por lo que se hace, se pueden aprovechar las herramientas y sacarles el mayor provecho.
Es ahí donde radica su amor por la UCAB: nuestra Alma Máter te da muchas más herramientas para ser integral. Y este amor también se refleja en su continuo reclamo al “magis”y aquellos que están a cargo de la universidad, tanto a nivel estudiantil como institucional.
“Hace falta gente a la que de verdad le importen los otros, no que solo lo digan. Quizá esto debería empezar por las escuelas. Lo humano debería estar primero… A pesar de que de una manera u otra todo ha desmejorado con el país. El país se construye desde adentro, y a veces el magis termina quedando solo en lo escrito”…
Una decisión difícil
Contarle a tu familia que te vas a cambiar de carrera, como lo hizo Nathasha de Psicología a Comunicación, nunca es fácil. Peor aún en un país como Venezuela, en el cual todos parecen estar contra reloj. Ya sea por terminar una carrera o hacer algo antes de que suceda alguna cosa en el país de lo posible.
Y es que decirle a tu familia que vas a empezar otra carrera viene con muchas más presiones de lo que debería. Ya que a pesar de que la familia de Nathasha fue comprendiéndola y apoyándola poco a poco, la mayor presión venía de sí misma…
Presiones que se montan sobre nuestra espalda, que no sabemos si son nuestras, de nuestros papás, de la sociedad o una combinación de todas.
Alessandro Varuzza: ante la adversidad, la mejor cara
Ayudando a los demás desde lo que más ama
Empezó a estudiar a Psicología porque quería entender cómo ayudar a la gente, pero terminó entendiendo que su lugar no estaba ahí, que no era lo que quería. Así, después de un año sumamente difícil a nivel personal, en el cual perdió a una tía muy cercana que era periodista, y de sentir que comunicación era lo que siempre había querido, tomo una decisión que le costó mucho.
Pero, definitivamente, fue una decisión en la que encontró fusionar dos elementos importantes: hacer lo que le gusta y ayudar a los demás desde la producción. “Lo que la gente quiera hacer delante de cámaras y de eventos, yo puedo llevarlo a la realidad como quiera. Si hay un evento que hacer, me voy a desvivir como nadie para que se logre”. explica.
Después de más de un año y medio siendo beca en VidaUCAB, se lleva muchos conocimientos y herramientas. Pero, sobre todo, se lleva amistades que pudieron ver más allá de su seriedad. Y es que nunca imaginó que VidaUCAB le iba a importar tanto. Así, asegura sin titubear: “pasé de ser solo una beca a tratar con personas increíbles que lograron entender que no es que los odio, sino que esta es mi cara“.
Escrito por José Youssif.