En VidaUCAB somos fanáticos del fútbol, pero somos más fanáticos de ver más allá y sacarle una enseñanza a todo lo que nos rodea
El fin de semana pasado estuvo bien acontecido para nuestras chamitas y chamitos amantes del fútbol, y también para los que no, porque si no vives debajo de una piedra, seguro escuchaste los gritos y la conmoción en medio de los partidos. #purodeporte
Pero si no te enteraste, te aterrizamos de la nebulosa. El pasado sábado, fue la final de la Copa América, en la que la selección argentina quedó como campeona después de 28 años sin ganar. Lo peor del cuento es que fue en el estadio de Maracaná, hogar de la selección contra la que jugaron, la de Brasil. Este evento generó gritos, adrenalina, lágrimas y demás en los fanáticos del fútbol. Una euforia tan grande que era capaz de hacer brincar a las menganas que ni pendientes del deporte.
Acto seguido, llegó el domingo con la final de la Eurocopa, y los fanáticos pasaron por un infarto o dos con el partido que llegó a penales y dejó a Italia como selección campeona contra Inglaterra después de 53 años sin llevarse la copa.
Bueno chamitos, el caso es que, más allá de recordarles algo que seguramente ya vieron en las historias de Instagram de muchos de sus amigos, queremos traerles una reflexión que nos trae el fútbol. Y es que la perseverancia de todos esos jugadores es algo digno de admirar y de aspirar a tener, incluso si el deporte no te llama la atención.
Es muy fácil tirar la toalla cuando las cosas no se nos dan a la primera, a la segunda, o incluso después de 53 años. Bueno, en ese caso quizás sea necesario reevaluar objetivos, a lo mejor sí te equivocaste de carrera. Pero volviendo a la seriedad, la constancia es ese motor que te ayuda a seguir adelante sin importar las dificultades, y mientras más obstáculos te encuentres en el camino, mayor será la gratitud que sentirás contigo mismo.
Imagínense que tienen su propio estadio lleno de gente (en un mundo paralelo libre de pandemia) y que por fin logran estudiar sin procrastinar o sacarle más de 15 al profesor impasable. Toda esa gente vuelta loca y ustedes celebrando en cámara lenta desde 5 ángulos de cámara diferentes. Esa visualización #messirve
Lo cierto de todo esto es que esa emoción que siente la selección y a la vez los amantes del fútbol, y esa gratitud que llena a los habitantes de los países ganadores, aunque les importe un pepino el deporte, es la misma emoción que debes sentir contigo mismo cuando alcanzas una de tus metas. No la menosprecies, y en vez de ganarte una copa gigante te das un premio de Netflix un fin de semana completo, o te vas con tus amigos a la playa, que no los puedes tener más ignorados. #mismoefecto
También es cierto que muchos equipos regresaron a sus casas con las manos vacías, y muchos de ellos quizá nunca lleven una copa en toda su carrera. Esto no quiere decir que no estén dando lo suficiente y que no tengan constancia y perseverancia. De ellos podemos aprender que no es necesario que te condecoren para saber que estás dándolo todo y dándolo bien, saber reconocer eso es también digno de mérito.
En la final Italia – Inglaterra sucedió algo que queremos mencionarles. En los penales, la selección inglesa hizo cambios de dos jugadores para que cobraran los goles, y ambos fallaron, lo que generó disgusto en muchos de los espectadores. Sin embargo, tuvieron una muy cálida bienvenida en su país con agradecimientos por haber subido el espíritu de las personas. No siempre se trata de ganar para saber que hiciste un buen trabajo.
Bueno chamitos, esperamos que esta reflexión los deje motivados y listos para echarle pichón estas semanas que quedan de clases, y que se den su propia celebración de estadio descontrolado cuando las vacaciones lleguen, ustedes saben que se lo merecen. Nos vemos aquí mismo el miércoles que viene, cuídense mucho.
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