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Magis al Extremo se enfrenta al desánimo estudiantil

Magis al Extremo es la agrupación juvenil perteneciente a la Coordinación de Identidad y Misión que se dedica a poner en contacto a estudiantes ucabistas con la naturaleza y con ejercicios espirituales de descubrimiento y reflexión.

Vanessa Páez forma parte de Magis al Extremo desde hace tres años y es estudiante de octavo semestre de Educación.. Siendo este su último semestre en nuestra Alma Máter, está muy preocupada por la agrupación, pues desde su ingreso ha presenciado como, poco a poco, ha venido desintegrándose. Al empezar, contaban con 50 integrantes. Hoy en día, son menos de 20.

Una formación al extremo

Cuando alcanzaban el punto final de la expedición, Páez recuerda que aprovechaban el espacio para generar una reflexión acerca de algún asunto en particular: las protestas –el año pasado–, la universidad o sencillamente acerca de la identidad de cada uno de los integrantes. Según ella misma confiesa: “no es solamente ir a la montaña, sino llegar a un punto de reflexión. Eso es lo que más destaca de la dinámica de Magis al Extremo”.

Asimismo, esta agrupación permite ejercer cargos de gerencia interna, tales como de Tesorería o Recursos Humanos. Esto debido a que son los mismos estudiantes quienes se encargan de planificar y ejecutar las actividades y expediciones al aire libre. Sin embargo, esto no se aplica con mucho entusiasmo en la actualidad, debido a la falta de integrantes comprometidos y la escasez de recursos.


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Una ruta difícil

Luego de un par de años en la organización, Páez había adquirido experiencia en la realización de rutas en la montaña y en la compresión de la dinámica de Magis al Extremo. Poco a poco esto empezó a convertirla en una especie de guía para los estudiantes recién llegados, a pesar de que según ella, este cargo realmente no existe como tal: “Nosotros en realidad siempre somos muy lineales (…) no es como tan jerárquico realmente”, expresa.

Según Páez, Magis al Extremo posee una estructura bastante robusta a través de la cual sus integrantes van accediendo a nuevos niveles de responsabilidad y liderazgo. Cuando ella empezó, era una integrante más que se dejaba guiar a través del Valle caraqueño. El Parque Nacional Waraira Repano (Cerro Ávila) es una parada obligada, pero también llegó a realizar actividades en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda (Parque del Este).

En este sentido, Páez expresa su preocupación por la fragilidad de una organización que antes funcionaba con bastante rigurosidad. Una agrupación en donde los cargos se escalaban con base en  antigüedad y conocimiento. Actualmente, el problema principal es la falta de constancia en la asistencia, por lo que se pierde ese elemento de entrenarse para asumir retos mayores.


“Antes, las actividades fuera de Sabas Nieves se daban como premio. Tú para poder acampar tenías que asistir a una cierta cantidad de actividades porque debías estar bien preparado. Eso se ha ido perdiendo. La gente solo quiere ir a pasear y ya ”… Vanessa Páez.  


A esto se suma inevitablemente la crisis económica, pues para hacer actividades diferentes también se necesita presupuesto. Asimismo, también ha habido casos en los que integrantes de Magis al Extremo salen a participar en las actividades sin haber desayunado, o sin llevar almuerzo para después. Algo muy delicado dado el esfuerzo físico que se exige en cada expedición.

La forma de aliviar la empinada

Para continuar funcionando, esta agrupación se ha adaptado a lo que va ocurriendo en el presente: si la cantidad de personas es alta, entonces se permiten realizar ciertas actividades, y dependiendo de la preparación física de los asistentes, también eligen ciertas rutas por encima de otras.

La última expedición realizada fue hasta el el Hotel Humbolt, en el Ávila. Fue una ruta difícil para algunos de sus participantes, pero todos llegaron al destino final de forma exitosa.


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“Luego de finalizar la excursión, tuvimos una reunión y ellos –los participantes– estaban impresionados porque nunca pensaron que iban a llegar, entonces como que ver esa emoción de la gente al lograr una cumbre, yo creo que eso es lo que más me llena “, afirma Páez.

Aunque actualmente, debido a la sequía, no han podido repetir este tipo de rutas, han podido aliviar presiones aprovechando espacios como el Parque Generalísimo Francisco de Miranda o hasta la propio campus universitario para hacer actividades revestidas de la energía Magis.

Con respecto a este último caso, a mediados de febrero realizaron una acampada dentro de los jardines de la universidad, frente al Aula Magna.

Las cumbres que se avecinan

Magis al Extremo no se da por vencido y es por eso que para cuando el Parque Waraira Repano reabra sus caminos, tienen pensado proponer la realización de nuevas rutas. Entre ellas se encuentra el Pico Oriental, Pico Occidental, ruta de Los Venados (San Bernardino), ruta de Los Trenes Fantasmas, una y visita a los funiculares antiguos ubicados en Ávila Mágica.

Lo cierto es que Páez fantasea con todas las cosas que oculta la montaña caraqueña y que guarda aún por descubrir. Ejemplo de esto es la casa del Dr. Knoche, la ruta de la Cruz del Ávila, las diferentes casitas abandonadas que pueden encontrarse y el camino de la ruta de los españoles hacia Caracas. Caminos que solo podrán recorrerse si se logra reunir a la suficiente cantidad de gente comprometida para asumir este tipo de retos. Y tú, ¿te animas?

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