ucab para llevar

La segunda edición de “UCAB para llevar” compartió con La Consolata

UCAB para llevar en su segunda edición realizada el 12 de diciembre unió a diferentes agrupaciones como PAUCAB, UcabistasMED y Arepazo Ccs que hacen vida en el campus, además de diferentes voluntarios de los Centro de Estudiantes con la intención de llevar un día lleno diversión y buena comida a una de las comunidades cercanas de nuestra universidad.

La actividad se enfocó en celebrar la llegada de la navidad junto a 137 niños de Carapita, específicamente a la parte de Los Manguitos en la Casa Comunitaria de La Consolata. La jornada comenzó a tempranas horas de la mañana junto a 37 voluntarios realizando distintas actividades que fueron en su gran mayoría recreativas.

Momento de Parranda

Desde realizar una tarjeta navideña para las personas que más quisieran, pasaron a modificar canciones tradicionales al ritmo de “Super-hiper-mega-estrella de Belén”, “Bolitas de Nieve”, “Los Renos de Santa”, “Parranda Navideña” y los “Tilin Tilan”. Los cantos y gritos fueron practicados en una posta especial para ello ya que en el encuentro final del día todos debían presentarse con su canción en una especie de mini concierto.

¡Tapón!

Lo que más les impactó a los voluntarios fue el momento del almuerzo, cuando los niños de la comunidad mostraron sus dotes musicales cantando “el rap de la bendición”, una forma creativa de practicar la religión católica.


“UCAB para llevar” logró dar alegrías a los más necesitados


Otra de las cosas que impresionó a los ucabistas fue el gran trabajo en equipo que viene desde la casa comunitaria y se les enseña a los niños. Estos últimos mostraron un comportamiento excepcional durante cada actividad, respondiendo en los momentos de desorden al grito “¿Tapa tapita?” con estruendoso “¡TAPÓN!” y prestaron atención inmediata a las instrucciones.

Los voluntarios se sumergieron en el ambiente de la comunidad ya que los niños les enseñaron el cómo se realiza un buen trabajo en equipo, porque crearon una dinámica que se gestó y fluyó gracias a la disciplina que tenían.

Lo que aportaron los voluntarios a la casa

Arroz con pollo junto con la gente de la comunidad, no solo los voluntarios trabajaron, los ayudaron la gente de la casa a cocinar, servir y supervisar a los niños en sus actividades.

Se hizo una breve jornada de medición antropométrica donde se midieron y pesaron a los niños con la intención de ayudar al doctor de la casa para saber la condición de nutrición que tienen los niños de la comunidad.

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