¡Epa, chamitos! ¿Cómo andan? ¿Semana cuatro está haciendo de las suyas o siguen con todas sus horas de sueño completas? Esta semana venimos con un temazo que nos tuvo como la canción de Mora: “Recordando ese primer día de clases”. Nos pusimos nostálgicos entre tantos parciales y tareas, por lo que terminamos conversando con multitud de estudiantes que nos contaron las mejores anécdotas de su primer día en la universidad.
El primer día de clases nunca se olvida. Te levantas con toda la buena actitud, agarras tu outfit que tenías semanas planeando y sales derechito a la aventura de explorar este nuevo mundo. Así es como le pasó a varias de las personas con las que tuvimos el placer de conversar. Todos llegaron a la universidad y se dispusieron a buscar su salón. Luego vino el primer gran obstáculo de muchos, el reto de llegar al salón y presentarse frente a todos. Infinidad de cuentos de estudiantes que confundieron Módulos con Cincuentenario. Otros creyéndose el cuento de la piscina (#NoSeasFulano), entre otras nuevoingresonidades (esperamos que hayan podido leer eso).
Empezando con las anécdotas, Estefanía Palma, estudiante de Comunicación Social de octavo semestre, nos cuenta una de las historias que tuvo en su primer día:
“Estaba caminando por los jardines de la uni y bueno, saben que están las cosas que echan el agua para regar las matas. Yo recuerdo que yo iba como en una caminería y al otro lado estaba pasando una chama que la mojó una regadera de esas. Obviamente sé que es malvado, pero aprendí a siempre a estar muy pendiente de cuando estuvieran regando los jardines para que eso no me pasara”.
¿Se imaginan? Primer día de clases volviendo de unas largas vacaciones y sales bendecido por uno de los aspersores de la universidad que siempre están apuntados a los caminos de los jardines y no a los jardines.
Después conversamos con Zarah Domínguez, estudiante del último semestre de Economía. Zara recordó su primer día en nuestra amada universidad y, además, nos contó una historia que en su momento involucraba al chamito (a su crush pues, para los que no estén familiarizados con el universo de VidaUCAB).
“Llegué en carro y no estaba ubicada, por lo que me perdí. Recuerdo que era para ver Mate I o Micro I donde no conocía a nadie. Eso me daba emoción pero miedo a la vez. Me puse nerviosa cuando me pidieron presentarme, porque era la pregunta de “y por qué economía” y yo en mi mente: señora, no sé. Solo vi el pensum de 1er semestre, hice unas preguntas y me lancé. Como anécdota recuerdo que me gustaba alguien y de broma no me caigo en los arbustos de Fashion Boulevard para evitar encontrarme al susodicho”.
Como penúltima entrevistada, tuvimos la oportunidad de hablar con Camila Gómez, estudiante de Ingeniería Civil de quinto semestre. Por ser del interior del país, específicamente de Puerto Cabello, vivió una experiencia totalmente diferente a los demás estudiantes.
“Me fui en autobús desde Montalbán II con mi mamá y conocía más o menos la universidad porque había ido unas tres o cuatro veces. Sin embargo, nunca preguntaba dónde quedaban las cosas porque conocía la falacia sobre la piscina en canchas, por lo que era un constante prueba y error. No conocía a nadie y mi primera interacción fue con un chamo porque cambiaron un salón y teníamos el mismo horario; además recuerdo que en mi primera clase era la única mujer del salón, cosa que el profesor se encargó de remarcar. Mis lugares y momentos favoritos eran la grama y el caminar por Fashion Boulevard. Siempre había de todo, desde personas disfrazadas, gente grabando, estudiantes haciendo experimentos, me encantaba. Llegué a mi casa muy feliz, sabiendo que había encontrado el lugar donde pertenecía”.
Finalmente, conversamos con varios estudiantes que por razón pandemia no tuvieron un primer día tradicional sino que contaron con una experiencia distinta al recibir clases en pijama, algo decepcionados y tristes pero dispuestos a dar lo mejor de sí y por las plataformas electrónicas de confianza (Zoom, Meet, M7 y todo lo que se les ocurra). Arantxa Jurado, estudiante de Derecho del tercer semestre, nos contó una linda experiencia que tuvo este día:
“Fue un día de bastante incertidumbre porque casi que no sabía usar M7. Bueno, mi primer día si fue virtual y mi primera clase fue Comprensión y Producción de textos. El profesor nos dio un recibimiento con una analogía hermosa. Decía que nos estábamos montando en un avión donde el viaje duraba cinco años y nos emocionó con una charla sobre el compromiso que estábamos tomando.”
Y bueno chamitos, así como estas, existen millones de historias sobre el primer día de clases. Desde las personas que se llevaron su almuerzo y no sabían la odisea que es calentar si no tienes una estrategia clara. Los que eran de otra zona y, acostumbrados a otro clima, vinieron con una ropa que no los protegió de un día guerrero en la universidad. Los que llegaron sin conocer a nadie y recurrieron a hablar con la persona que tenían al lado. Y así, una larga lista.
Cerramos con que las anécdotas que recibimos eran sobre un tema que emocionaba y daba muchísimo para hablar con las personas. Todas recordaban con cariño el sentimiento de haber conocido a persona que hoy en día son sus amigos, de enamorarse de su carrera y de su segundo hogar. De sentir que la vida les cambiaba para bien y que desde ese día estaban en el lugar donde siempre habían pertenecido.
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