LAUNIVERSIDAD UN BUFÉ

La universidad: un bufé de conocimientos

Lancemos la moneda

Antes de dar el paso para formarnos como profesionales, nos cuestionamos qué nos conviene; muchas veces no sabemos qué hacer con nuestra vida. Pensamos en lanzar la moneda y según el resultado, elegimos. A través de la indecisión, tendencias o moda, nos direccionamos a lo más fácil y menos integral.

El deseo por entrar a un área de competencia, pero sin dedicar el tiempo necesario ni estar en el mejor lugar de estudio, ha generado que los jóvenes dejen de segunda opción a la universidad, ingresando a un curso o instituto que no le brinda la educación reconocida que se merece.

Bien es cierto que en algunas empresas ya no exigen un título universitario para contratar a sus empleados, sino ser especialista en el trabajo que se va a ejercer; de esta manera, limita a la persona por no contar con saberes integrales, globales y complementarios.

Antes de iniciar en la universidad me inscribí en un curso de gastronomía. Sí me gustó y me sigue gustando, pero sentía que no era suficiente”. Víctor Delgado (3er semestre de Economía).


Magis al Extremo se enfrenta al desánimo estudiantil


Oportunidades

No solo se obtienen conocimientos de la carrera a cursar, sino que se adquieren otras competencias, las cuales te enseñan diversas materias relacionadas o no con tu profesión. Sobre todo si eres ucabista, el estudiante se distingue del resto de los estudiantes universitarios, por la formación ignaciana que desarrolla en él habilidades de distintas esferas.

Por ejemplo: el estudiante ucabista, en gran medida, disfruta al máximo su paso por la universidad, ya que esta le ofrece un abanico de oportunidades para aprender en diferentes ámbitos, como el deportivo, cultural, académico, artístico; lograr un nuevo idioma y, también,  atiende los gustos en las diferentes agrupaciones.

Relaciones

¿Dónde dejamos a los panas? Son muchísimas ventajas: una de ellas tiene que ver con quien te relacionas; te da el beneficio de conectarte con otros entornos, no solo en un campo de saberes, sino de vivencias, manifestaciones, opiniones y gozadera. Sin importar a qué te vas a dedicar, el espacio universitario da pie a conocer a personas con perspectivas muy diferentes a la tuya.

Dicen por ahí los científicos que los polos opuestos se atraen. Entonces, ¿qué mejor lugar que en una universidad, con tantos polos opuestos, para conseguir el amor? Es bien bonito ver como una estudiante de psicología se enamora de un estudiante de ingeniería: “su mente tan cuadrada y la mía tan afectiva”.


Clásicos: los panas de la Universidad


Un buen piloto se prepara bien

Te dejo unas palabras bien chéveres que me dijo la profesora Margarita Meneses de Metodología: “No hay que apartar otro tipo de educación, pero si quieres convertirte en un individuo con una formación perfeccionada e integral, debes estudiar en una universidad y mucho más si es en la Católica“.

 

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Carmelo Balasnoa: “primero soy ucabista, luego lo demás”

Desde sus inicios, se planteó ser excelente en sus materias e involucrarse en la mayor cantidad de actividades extracurriculares disponibles en la universidad. Y en efecto lo cumplió.

Carmelo participó en agrupaciones como AJEUCAB, en el Programa de Liderazgo Latinoamericano Ignaciano y PAZando; además es, actualmente, miembro permanente de AIESEC.

¿Y cómo hace Carmelo para lograr todo esto, mientras trabaja y además avanza en su carrera? Pues nos cuenta que a través de su carrera, ha logrado establecer un networking increíble que le ha servido como puente para alcanzar sus objetivos: todo esto en cada una de las organizaciones y grupos juveniles en los que se ve altamente involucrado.

Excelencia y compromiso

Para él, la UCAB es excelencia y compromiso a tres niveles: civil, social y ciudadano. La universidad es prácticamente su casa, lo cual lo envuelve en un entorno que le ha permitido encontrar las oportunidades que siempre deseó.

Todo esto lo aplica día a día en los grupos en los que se desenvuelve. Carmelo Balasnoa llegó a AIESEC, la ONG de jóvenes más grande a nivel internacional, donde quiso involucrarse y aportar desde el momento de su aplicación y su primer seminario. En ese entonces visualizó todo el potencial que AIESEC tenía para él.

Nos cuenta que su experiencia ha sido extremadamente enriquecedora. Dentro de esto destaca su primer congreso nacional con AIESEC, donde se encontró con muchos jóvenes de toda Venezuela con metas similares a las suyas. Desde su perspectiva, esta organización te permite conocerte mejor y también adquirir nuevas herramientas de trabajo.

Pertenecer a esta organización juvenil le ha enseñado cómo se maneja una empresa a nivel internacional, así como la necesidad de estar interconectado, a través de las herramientas digitales.


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El sello ucabista

Para Carmelo, en este ámbito los ucabistas desarrollan un perfil destacado por su excelencia y AIESEC UCAB se ha involucrado en este proceso de desarrollo integral, enviando anualmente a estudiantes a realizar pasantías. Asimismo, recibe a extranjeros que vienen a hacer voluntariados en el país y sus distintas comunidades.

Para este estudiante, ser parte de este comité local potencia tu perfil profesional y desarrolla cualidades relacionadas con el liderazgo y el impacto que cada miembro puede generar en el mundo. Dejar un mensaje importante y valores en cada uno de los voluntariados que llevan a cabo, deja huellas en la comunidades a nivel mundial, y ese es su objetivo principal.

Esta plataforma de jóvenes logra sumar a la UCAB, en todos sus ámbitos, ya que les permite a los ucabistas conectarse con el mundo, a pensar localmente y a tener una visión internacional.

” La UCAB ha sido para mi, esa plataforma que me ha ayudado a proyectar mis metas”.

Un granito de excelencia

Carmelo Balasnoa es un ucabista que deja su grano de excelencia en la universidad y una generación de jóvenes comprometidos en formar nuevos liderazgos, dentro de la comunidad estudiantil. Pero esto no es todo, pues además de toda esta experiencia como miembro del comité local de AIESEC, Carmelo es miembro del comité nacional; es decir, nuestro único representante ucabista y venezolano, ante esta organización. Además, recibió un reconocimiento de la Facultad de Humanidades y Educación, como uno de los mejores promedios de Comunicación Social.

De la UCAB, Carmelo Balasnoa se lleva grandes amigos y nuevos proyectos, así como los conocimientos ignacianos que siempre formarán parte de él. Destaca que la Católica lo ha sensibilizado mucho a nivel social y es necesario que más estudiantes se sigan involucrando en proyectos dirigidos por y para los jóvenes.

Como podemos esperar, a Carmelo lo veremos en campos de acción en Venezuela y a nivel internacional representando a AIESEC. “Donde sea que me pare, primero soy ucabista y luego está lo demás”, afirma.

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Gracias por quien soy: “Por él, estudio en la UCAB”

Todo comenzó un septiembre de 2013. Yo acababa de llegar a Venezuela y estaba un poco perdido. Los recuerdos de ese mes son un poco vagos, pero más que nada recuerdo a mi mamá buscando, por todos lados, cupo en un colegio.

El gran problema

No estaba siendo una tarea fácil, gracias a que la mayoría de estos no tenían un lugar para mí. Eso se traducía en jornadas interminables yendo de colegio en colegio, para recibir siempre la misma respuesta: un no. Diferentes mezclas de palabras, pero terminaba siendo siempre eso, un NO rotundo. Incluso, recuerdo un momento en el que parecía que por fin habíamos logrado conseguir un lugar para mí… Pero terminé recibiendo otro no. Según la directora, mi actitud a la hora de la entrevista fue desafiante. Y aunque no recuerdo, probablemente lo fuera.

La gran problemática que plateaban los colegios a la hora de aceptarme era que yo venía de España, con unas materias aplazadas y que nunca pude reparar. En ese país las reparaciones son en septiembre y aquí son en julio. Desafortunadamente, yo había pisado suelo venezolano en agosto: una especie de limbo de aplazados, razón por la cual casi ningún colegio quería encargarse de mi caso. Y es que eso significaría un papeleo que quizás no sabrían cómo hacer. Aunque algunos me ofrecían la posibilidad de volver a repetir segundo año, Terminaban diciendo que no.


Tipos de profesores


El señor misterioso

Ya septiembre iba a terminar. La mayoría de colegios estaban empezando clases y ¿adivinen quién no tenía aún nada claro? Mi madre ya había empezado a resignarse, hasta que un 23 de septiembre en la mañana, le hablaron de un colegio llamado Instituto Técnico de Adiestramiento para el Trabajo (I.T.A.T). Me imagino que mi madre al oír que existía esa posibilidad, no se lo pensó ni dos veces. Esa misma tarde estábamos sentados en la oficina de un señor mayor, alto, algo corpulento y con una voz grave. Voz que me hizo sentir miedo desde que la escuché en la sala de espera. Cuando por fin estaba sentado ante esa persona, me llevé la sorpresa de que ese personaje que había creado en mi mente, escondía debajo de su bigote una sonrisa infinita. Sonrisa que no dejó de tener nunca.

La entrevista no duró más de media hora. De lo que se dijo en ella, solo recuerdo risas y anécdotas. Nada parecido a las otras entrevistas en las cuales era pura seriedad y frialdad. Solo recuerdo su voz al decirle a mi madre que yo ya tenía un sitio donde estudiar, que no nos preocupásemos por nada, que él se encargaría de lo demás. Y de hecho, así fue durante 4 años. Él siempre se encargó de lo demás.

Él mismo me llevó a los salones ese día y me presentó a los que serían mis compañeros. Me dijo que si tuviera el uniforme listo, hubiese empezado esa misma tarde. Pero empecé el siguiente día, reparé las materias que tenía aplazadas y seguí en mi año correspondiente. Cosa que parecía imposible. Él se encargó de ello.

Así pasaron cuatro años en ese colegio. Y con cada año que pasaba, él se convertía en una figura más importante en mi vida. De hecho, fue gracias a él, que con 16 años, tuve la oportunidad de utilizar el inglés que había aprendido en algo útil. Empecé a trabajar como asistente de coordinación y después como profesor suplente en English For Kids, en ese mismo colegio, en las mañanas. Recuerdo, tras mi primer día de trabajo, correr hasta su oficina y al verlo, contarle todo lo que había hecho; como un niño le cuenta  a su padre lo que aprendió hoy en la escuela. Mientras, él estaba ahí sentado, como siempre, sonrojado y con una gran sonrisa bajo aquel bigote.

La misma sonrisa la tenía cuando hablaba con mi madre de mí. Aunque siento que exageraba las cosas para que quedara bien con mi mamá, o tal vez él si lograba ver lo que yo no veía en mí. Recuerdo a mi madre sentada en su oficina, preocupada por la universidad, y él del otro lado de su escritorio asegurándole que yo iba a estudiar en la UCAB; que no se preocupase, que él se encargaría. Mi mamá salió un poco perpleja, ya que el plantearse pagar la UCAB era algo fuera de nuestras posibilidades. Sin embargo, aquí estoy empezando mi tercer semestre en esta casa de estudios. Mi padrino se encargó.


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Gracias por quien soy

De él aprendí que todos tenemos algo que ofrecer en este mundo. Me hizo creer en mí en un momento en el cual yo creía no valer nada. Que si quería algo, con esfuerzo podría obtenerlo. Se convirtió en una figura paterna para mí, un confidente al cual ir a pedir consejo cuando no sabía muy bien qué hacer. Y él  siempre estuvo allí con su bigote y su sonrisa para ayudarme y guiarme.

Siempre me pregunté por qué se comportaba así conmigo, por qué tanto afecto hacia mí. Y fue allí cuando me di cuenta: yo no era su único ahijado, tenía por lo menos 16 más en mi misma aula y 150 en las otras. Carlos Maya fue así con todos y cada uno de los estudiantes que pasaron por las puertas de ese colegio y que en algún momento entraron a su oficina. Fue un padre para cada alumno de aquella institución y creyó más que nadie en todos nosotros.

El pasado viernes 21 de septiembre, a dos días de cumplirse cinco años de conocerlo, me enteré de que Carlos Maya, el “Padrino del Colegio I.T.A.T”, murió de cáncer. Y por eso estoy, hoy 23 de septiembre, rememorando y haciéndolo eterno en estas líneas. Sin él, no sería la persona que soy, no hubiera tenido las oportunidades que tuve, ni siquiera sé si hubiera empezado a creer en mí. Solo sé que cuando le entregue yo al mundo tanto como Carlos Maya le entregó, tendré el cielo asegurado. Pero sé que para ello aún me falta mucho y él, desde donde esté, se encargará de que lo logre.

Que en paz descanses, Padrino.

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Keicy Cabrera: “en la UCAB no solo estudias, también creces”

Keicy Cabrera es voluntaria de la Escuela de Economía, exintegrante de Modelo Nacional de Naciones Unidas de Harvard (HNMUN). También fue Coordinadora de Medios en el Centro de Estudiantes de la misma escuela y presidente en una oportunidad.

Además, actualmente es Consejera de Escuela conjunto a Diego Santana, y pasó a formar parte del equipo de la UCAB de WorldMUN. Y no solo eso, también ha sido premiada con los galardones de Economista Integral y Ucabista Integral.

Estar en la UCAB: un privilegio

“Yo creo que estar en la UCAB es un privilegio en sí, y creo que estando en un lugar como este uno tiene que aprovechar todos los chances que tienes para poder crecer”. Esta es la razón por la que Keicy decidió inmiscuirse en tantas actividades extracurriculares.

Así mismo, asegura que al ser la única mujer en su promoción que va pensum y una de las pocas mujeres que ha sido Consejera de Escuela, se siente impulsada a ser un ejemplo a seguir para otras chicas. Unas que, al igual que ella, vienen de un colegio desconocido y que al llegar a la universidad no conocían a nadie, para que puedan ver que pueden llegar a hacer demasiadas cosas si están comprometidas a ser ucabistas.

Lo cierto es que, siguiendo esa línea, Keicy siente que tiene la responsabilidad de abrir caminos hacia y desde las comunidades. “Creo que sí, sí soy un ejemplo para todas esas personas, y siento que al estar yo en muchas agrupaciones y modelos, estando fuera del prototipo de lo que es una persona que está usualmente en esos cargos, sí estoy haciendo mi trabajo”, afirma

“Para mí la UCAB fue un antes y un después en mi vida”

Para Keicy, este camino ha estado lleno de pequeños pero muy importantes cambios. Sobre todo por lo significativos que han sido estos para ella. “Cuando yo comencé la universidad y hablaba en público me temblaba la voz. Tenía pánico escénico” relata la estudiante. Gracias al MUN y al montón de grupos en los que se inmiscuyó, el día de hoy, su capacidad de oratoria ha mejorado notablemente.

Por otro lado, siente que cuando comenzó la universidad, era un “pollito chiquitico”, demasiado tímida, y miedosa. Hoy por hoy siente mucha más confianza en sí misma para poder “hablar con las personas, para creer en mis ideas, para expresarlas, y para poder tomar decisiones bajo presión”.


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En este sentido, la estudiante atesora el momento en el que participó por primera vez en HNMUN. “Yo fui sola y era nueva. Fue un comité grandísimo. Cuando luego de la competencia gané, fue increíble. Nadie se lo podía creer y además de eso, ese fue el año que ganamos Mejor Delegación y Mejor Delegación Internacional”.

Pero no ha sido un camino exento de dificultades

Tras un semestre de gestión muy exitoso dentro del CEDEC, el segundo resultó ser un poco “decepcionante”. Al menos así lo describe Keicy cuando habla de la que fue una de las dificultades más relevantes de su carrera.

“Desde la directiva no logramos organizar las cosas, pues no había motivación, y también todo el mundo se dispersó por el tema de las elecciones. Para mí la gestión del CEDEC fue un éxito por una parte, y un fracaso por otra. Y bueno, a pesar de eso, pude llegar al Consejo de Escuela, pero sí siento que ha sido mi mayor decepción en la universidad”, explica.

¿Y el futuro?

Actualmente, la estudiante está en busca de cosas distintas, pues su etapa universitaria está a punto de acabarse. “No quiero terminarla y quedarme como: ¿y ahora qué hago?”. Esta es la razón por la cual está adentrándose en el mundo del marketing y pensando en proyectos nuevos que desarrollar.

Aunque a Keicy le ha costado amar su carrera y verse a sí misma como una economista, las cosas que ha arendido dentro de las aulas las valora enormemente. Eso sí, esta estudiante no se preocupa en negar que lo que más le ha llenado de su vida universitaria se encuentra en todas esas actividades que ha realizado fuera del salón: “creo que eso es lo que hace a la UCAB -y a los ucabistas- distintos”.

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María Isabel Linares: disciplina, educación y amor por la academia

María Isabel Linares está cursando el quinto semestre de Derecho. Pero esta estudiante nos demuestra que el tiempo no es excusa, pues ha formado parte de agrupaciones como Gabinete UCAB Sociedad de Debate UCAB.

Además, María ha asumido los roles de Coordinadora de Tutorías el pasado semestre y Directora General en el actual centro de estudiantes electo, siendo este último CREEMOS.

Disciplina, educación y academia

Cuando esta estudiante habla de lo que le impulsó a inmiscuirse en tantas actividades, sin dudarlo afirma ser fiel creyente de la disciplina, de la educación y de la academia. “Pero también creo que no puedes planificar todo en el mundo. Siempre tienes que ponerte a prueba y retarte. Pienso que las agrupaciones te dan esas habilidades que de otro modo no podrías obtener”, asegura.

Entre estas habilidades, María resalta la capacidad de improvisación, el trabajo bajo presión, y el manejo de múltiples actividades a la vez.


“Mientras más habilidades puedas adquirir para enfrentar el mundo real, más completo y más integral vas a ser… Y vas a estar preparado para resolver muchas más cosas en tu vida…”


Lo que no se puede negar, es que todas estas habilidades le han permitido no solo mejorar su vida académica, sino también la personal. María ha aprendido a organizar mejor su tiempo, y eso se lo agradece a todas esas actividades que realiza. “Creo que se llama multifuncionalidad. Y esa es mi meta en la vida, porque mi mamá es así y yo quiero ser como ella”.

Pero asumir estos roles no era parte del plan

Cuando hablamos de la experiencia de María en actividades similares antes de entrar a la UCAB, esta es prácticamente nula. Esta es quizás la razón por la que la estudiante no esperaba para nada lograr lo que ha logrado hasta ahora.

María estudió en La Guaira, y en su colegio no se impartían ese tipo de actividades extracurriculares. Poco a poco se fue acercando a estas agrupaciones, y aunque al principio el miedo decía presente, no tardó en agarrarle el gustico.

Quizás, el secreto de todo ha estado en la creación de hábitos y, sobre todo, en la organización. Al menos así lo resalta la estudiante de Derecho. “Yo no veo televisión. Literalmente. Durante el semestre, prendí el televisor 3 veces. Es un ejemplo para decirte que cuando yo tengo tiempo libre, lo uso para estudiar”, resalta.

¿Y el tiempo de ocio?

Obviamente, en la vida tampoco puede ser extremista. Por eso María también guarda un poco de su tiempo para compartir con sus amigos, familia y drenar el estrés. En La Guaira, ha tenido la suerte de vivir siempre frente a un club al cual asiste al menos una vez por semana. “Alguna veces con mi mamá, y bueno, yo creo que la playa es el mejor lugar para relajarse, para inspirarse… Y hasta para estudiar”.

María confiesa que a veces su familia se molesta un poco porque no les dedica tanto tiempo como les gustaría… Pero lo cierto es que esta guaireña está empeñada en hacer sentir orgullosos a quienes le rodean. “Yo intento hacerlos sentir orgullosos de mí. Hacerles comprender que lo que estoy haciendo sí me sirve para algo. Yo le muestro buenas calificaciones a mi mamá para que no se moleste. Si sacara malas notas, creo que le molestaría mucho no verme nunca…”.

Más allá de lo académico

Aunque ya vimos que María es una fanática de los estudios, la UCAB no solo le ha regalado experiencias relacionadas a ese ámbito. Desde el inicio, se ha visto motivada por los estudiantes de nuestra casa de estudio, muchos a los que ahora considera amigos.

De hecho, María estuvo a punto de estudiar en la Universidad Central de Venezuela. Justo cuando estaba cursando su quinto año de bachillerato, la escuela de Derecho de la UCAB realizó un modelos de juicio al que ella decidió asistir.

“Me enamoré del potencial y de las habilidades que vi en esos estudiantes. Empecé a motivarme. Yo quería estudiar Derecho. Yo quería pertenecer a todas esas agrupaciones. Quería formar parte de esta universidad y así fue. Hoy en día me siento super orgullosa de mi universidad”, narra la estudiante.

En definitiva, María se ha encargado de aprovechar cada oportunidad que se le ha presentado en el camino. Oportunidades que, para ella, llegaron gracias a La Católica: “Yo creo que la UCAB te presenta todas las oportunidades para que tú desarrolles tus habilidades de liderazgo, tu creatividad. Me encanta que mi universidad sea un agente de cambio cuando lo único que uno ve en el país son cosas malas”.

Eso sí, más allá de todo lo malo que se pueda escuchar o ver en la situación actual que atravesamos como país, esta estudiante está segura de que solo aprovechando las herramientas adecuadas, podremos ayudar a cambiar lo que nos rodea.

Por esta razón, en el futuro desea poder seguir uniéndose a nuevos grupos que le permitan seguir creciendo. “Quiero hacer muchísimas cosas más, como pertenecer a un Modelo de Naciones Unidas (MUN), a una agrupación jurídica o a algún voluntariado. Me hace falta hacer muchas cosas en la universidad… Y no sé si me dará tiempo -risas-“.

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Tipos de profesores

Existen varios “tipos” de profesores dentro de sus diferentes manifestaciones. Ya sea por sus características personales y hasta físicas, su forma de dar las clases, de evaluar o corregir, ningún profesor es distinto a otro. Por eso, como siempre, tras un arduo trabajo de investigación reporteril realizado por nuestro equipo, les traemos a los clásicos tipos de profesores dentro de la U. ¿Ya sabes en cuál encaja tu profe favorito?

El que idolatras

Este es el profesor que te hace sentir que tú también puedes ser profesor. El que te hace desear ser como él cuando seas grande. Es una persona cuyo conocimiento es abrumador, en el mejor sentido, porque es demasiado y te genera un sentimiento de admiración profunda. Incluso, sabe de cosas que no necesariamente tengan que ver con la materia que estés viendo con él o ella.

Pone ejemplos de todo, se sabe la teoría de memoria (casi que da clases sin diapositivas, y si las tiene, no las lee). No necesariamente tiene buena actitud o es el más pana -pero cuando esto ocurre se convierten en las profesoras o profesores perfectos-.

El pirata

Este es el profesor que no sabes cómo está ahí, ni por qué. Los que hacen que te falte como el aire, sí,  pero en este caso de la impotencia cada vez que asistes a sus clases.

Este tipo de docentes suelen ser indiferentes con todo y normalmente son “pasables”. Aunque existe una variación bastante interesante en esta categoría. También están los que, además de ser piratas -sí porque no se conforman con eso-, son difíciles de pasar: caletreros.

Dicen que dan cosas que nunca mencionaron, son intensos con la asistencia, dan un montón de materia, libros, guías. Al final, o van todas para el parcial o no va prácticamente nada (bueno, al menos nada de lo que te estudiaste tú).


Clásicos: los panas de la Universidad


La/Él maestro (a) nato (a)

Estos son los profes que tienen una actitud de “acompañamiento” y un sentido maternal/paternal que forma parte de sus personalidades. Son los profesores que te hacen pensar “¡que cuchi es!”, -aunque no lo digas-.

Se dirige a sus alumnos en tono muy amable. Es paciente, comprensivo, explica, resuelve dudas oportunamente, responde los correos, se sabe los nombres de los alumnos y todo ese tipo de cosas. Son muy queridos por sus estudiantes con una gran facilidad -¿cómo no?- y ofrecen su ayuda y buena disposición dentro y fuera del aula.

Generalmente, de la fusión entre los que idolatras y los maestros natos nacen los padrinos de promoción más queridos y recordados.

El reparador

Con este tipo de profesores ocurre un fenómeno muy especial que veremos más adelante. No se sabe cómo pero las cuentas nunca dan y, al final, casi el 50% del salón va a reparar. Hacen el semestre/año eterno porque cuando todo el mundo ya salió de vacaciones tú sigues en la universidad “gracias” a él.

Bueno, a veces sí sabemos cómo: no hiciste un c0#! y te quedó la materia. Entonces no quieras venir a sumar puntos de donde no los hay a ver qué milagro ocurre. Con ellos hay dos escenarios: pasar o no (¡dah!).

Pasar: se puede dar de varias formas. Estudiando como un demente y aprendiéndote todo al pie de la letra y en efecto que el milagro ocurra. O te pasa… Sí, porque resulta ser de los pura bulla que te hace vivir trauma y al final te pasa, sí, te pasa, tú no pasas.

No pasar: ni que venga papá Dios pasas, y ya… Listo. Porque 9,4 es 9, y punto.

El intenso

Estos profesores están atentos hasta del paso de una mosca en su clase. Son extremadamente estrictos con la hora de entrada y de salida. No dejan entrar tarde o después de la hora establecida por ellos (ah, pero se extienden casi hasta la siguiente clase). Pareciera que vinieran con un reloj incorporado.

Pasan lista, la gente pierde su materia por inasistencia, hacen evaluaciones en clase que no se recuperan. A veces estas son sorpresa, por si “casualmente” no fue mucha gente ese día. Se obstinan si entran y salen de clases a cada rato porque “me distraen, distraen a sus compañeros y se distraen ustedes mismos”.

Si te ven con el teléfono puedes desatar su ira de intens@. Si quizá no recuerda todos los nombres, sí tiene muy presente todas las caras. “Claro cómo va a saber de qué estamos hablando Ramírez si usted no vino la semana pasada y de paso le faltan dos talleres”.


Lo bueno, lo bonito y lo feo de la Feria


El tumba birrete

Ellos no deberían existir entre los profesores… Pero, malas noticias, sí existen. Son los que tienen la fama de impasables y una  fijación con raspar a los alumnos a toda costa. Primos hermanos del reparador, padres del intenso, pero únicos en su categoría: son terribles de una manera especial.

Se ganan este nombre porque cuando tocan en décimo semestre o quinto año de la carrera pues… A más de uno se han encargado de tumbarle el birrete.

El pana

Estos profes son ¡lo máximo! Son como esos tíos chéveres de la familia. No tiene que ver solo con lo académico, es decir, pueden saber mucho o poco, dar clases magistrales, tener mucha experiencia en la docencia o no.

Son los profesores con los que vacilas un montón. De los que te provoca invitar a las rumbas o a compartir unas birras (de hecho, los invitan, y resulta genial).

Bueno, seguramente nos quedamos cortos, pero es que si no sería infinito de escribir. ¡Es que hay muchos! ¿Cuáles fusionarías o agregarías tú para crear nuevos tipos de profesores?

Escrito por Violeta Odreman.

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Juan Giacopini: un ucabista al estilo MAGIS

Juan es un estudiante sobresaliente, pero ha entendido que las notas no son todo. Por eso, desde que inició la universidad se ha involucrado en diversas agrupaciones que, según afirma, lo han ayudado a crecer no solo como estudiante, sino también como persona.

Quienes conocen a Giacopini saben que la excelencia es algo que le caracteriza. Esa cualidad la pone en práctica en diferentes aspectos de su vida. De hecho, ha sido reconocido en diversos momentos por su promedio como estudiante… Y es que su pasión por el derecho le hace dar el 100% en cada una de sus materias.

Lo cierto es que Juan es un ucabista muy característico. Si lo ves en la universidad, lo reconocerás fácilmente porque siempre está en feria y rodeado de gente de su misma carrera.


Memoria y cuenta de la representación estudiantil: Letras


¿Quién es Juan Giacopini?

Sus amigos le dicen “Giaco” o “el rey de la labia”. Y es que Juan es experto en decirte lo que quieres escuchar. Tiene ese don de poner en palabras lindas cosas difíciles de decir.

A lo largo de sus tres años en la UCAB ha formado parte de diferentes agrupaciones. La primera fue el Centro de Estudiantes de Derecho (CED) para el período académico 2016-2017. Con esta experiencia empezaba y terminaba al mismo tiempo su camino político dentro de nuestra Alma Máter.

Luego, decidió incursionar en una agrupación muy diferente a lo que estaba acostumbrado: Sociedad de Debate“. 


“Siempre he buscado un lugar en el que pueda sentir que hago cosas diferentes. Y el debate argumentativo es algo que no se aprende todos los días. Por eso elegí comenzar en esta agrupación”.


Y es que esta institución le dio la oportunidad de crecer de una forma excepcional. Le brindó la oportunidad de desarrollar un pensamiento crítico, a entender las demás posiciones sin dar su brazo a torcer, etc. Asimismo, como persona lo ayudó a comprender el valor del compromiso, pues es algo que -según explica- le costaba mantener.

Tras un año en este grupo, decidió continuar con nuevas experiencias. Lamun UCAB fue la siguiente agrupación que le abrió las puertas.

Algo distinto 

Según Juan, ambas agrupaciones estudiantiles le han dado el sentido de pertenencia ucabista. Gracias a ellas, él lleva consigo el lema “Magis”en donde sea que se desenvuelve. Sin embargo, no fueron experiencias exactamente iguales.


“La principal distinción entre ambas instituciones es que, aunque se complementan, el MUN es una actividad de liderazgo y negociación. El ucabista que todos queremos ser es aquel multidisciplinario, y Lamun fue esa plataforma que me ayudó a  complementar mi formación profesional”.


Según explica, por ello logró obtener el primer lugar en su comité durante la competencia en Bogotá. Eso lo motivó a volver a la casa de los grandes viajeros llamada Lamun.

Juan Giacopini: de estudiante ucabista

Desde que ingresas a la universidad te enseñan que siempre hay que buscar ser los mejores y dar todo por la excelencia. Esto ha sido algo que Juan ha llevado consigo desde el día uno en la UCAB.

Por eso, para él ser ucabista es sinónimo de calidad tanto profesional como académica. 


“Me siento ucabista porque más allá de estudiar aquí, he adquirido una vocación de permanencia que me ha inculcado la universidad a pesar de las dificultades. Me ha enseñado a tener un compromiso con un tercero, y en este caso con mis amigos y mi país. Además, en ella he aprendido que nunca hay que conformarse y no dejar las cosas a media”…


Metas a futuro

A diferencia del común denominador, Juan Giacopini sí espera quedarse en el país al terminar sus estudios. Explica que la principal razón de esto es que ama su carrera y el derecho venezolano, por ende solo se ve ejerciendo aquí.

Todas las experiencias que ha tenido en la universidad lo han hecho a entender que Venezuela necesita personas que la ayuden a recuperar los valores que se han perdido. Por eso, él buscará hacerlo desde su ámbito de trabajo.

Es agradable saber que todavía nuestro país cuenta con una generación de relevo que busca hacer bien las cosas. Comenzando por su formación como profesional.

TODO LO QUE PIENSO

PARENTAL ADVISORY: todo lo que pienso sobre las inscripciones

Vida UCAB es un proyecto pensado por miembros de agrupaciones estudiantiles con el apoyo de la Dirección de Identidad y Desarrollo Estudiantil (DIDES). A pesar de que todos los que colaboramos en este portal somos estudiantes, se nos ha dado la oportunidad de crear contenido institucional hecho por gente que aún se está formando… Con todo el riesgo que este proceso formativo conlleva.

Esto pone en nosotros la responsabilidad de crear contenido que esté alineado con la institución que es la UCAB (lo que no evita que creemos memes como una metralleta). Por eso nos reunimos todas las semanas, para preguntarnos qué tipo de contenido vamos a crear para los estudiantes ucabistas.

En el pasado nos hemos contentado con crear unos memes que dibujan muy bien cómo nos sentimos los ucabistas ante el estrés que puede generar las inscripciones en la universidad. Pero lo cierto es que este tipo de contenido nunca terminó de satisfacer nuestras ganas de hablar del tema.

¿Cuál es el problema?

Cuando trabajas dentro de la universidad comienzas a entender muchos de los procesos internos. Esto te permite entender por qué existen cosas que antes te parecían innecesarias. Aun as,  en temporada de inicio de semestre, siempre es difícil tener simpatía con el proceso de inscripciones.

Mientras descargamos veneno sobre las colas y sobre la imposibilidad de encontrar la información centralizada sobre el proceso, el Director de DIDES  nos confrontaba y nos preguntaba si todos los presentes habíamos tenido estos problemas. Muchos (incluyéndome) admitimos que todo había sido super fácil este semestre.

Oh no… Escuela

Algunos en la mesa decían que el verdadero problema tenía que ver con las escuelas, cambios de horario o los problemas en secretaría.

Está claro que hay carreras que por tradición tienen problemas para organizarse al momento de la inscripción. Todos lo notamos cuando vemos las colas en ciertas escuelas en piso 3.

Sin embargo, en la misma mesa, personas comentaban que, en sus carreras, había personas que organizaban las inscripciones de tal manera que fueran lo menos traumáticas posibles. Gente que le importa el magis pues.


Aumento de matrícula: ¿y ahora qué %$*# hacemos?


El asunto de pagar

Pagar cosas en Venezuela siempre es un tema traumático. Demasiadas estrellas deben estar alineadas para que uno pueda pagar sin problemas. Yo mismo pagué en 15 minutos por caja virtual. Cuando vi la cola para pagar en secretaría no pude dejar de agradecerle a San Ignacio.

En este sentido, hay que tomar tres cosas en cuenta cuando se piensa en este punto:

Lo primero tiene que ver con nuestro sistema de pago. Para poder atravesar el túnel oscuro que pasamos a nivel económico, las autoridades de la UCAB han creado un plan para que podamos salir de él lo mejor posible dadas las circunstancias.

Entender esto no es sumar dos más dos. Requiere que se entienda una cantidad de elementos que muchos no queremos pensar. Como por ejemplo, entender el porqué del aumento de la matrícula que debemos pagar.

Lo segundo es la plataforma de pago en Venezuela, la cual sufre por la falta de recursos para poder actualizar sus sistemas. A esto se le suma el hecho de que, actualmente, gran parte de la población tiene que usar más de una tarjeta al momento de pagar. Como consecuencia, tenemos que recurrir a los puntos lentísimos que generan las grandes colas.

Lo tercero es lo más complejo y difícil de entender (al menos para mí): la información no fluye bien entre los ucabistas y la UCAB. Pensando en esta nota trataba de hipotetizar las razones por lo que esto ocurre, y lo primero que se me pasaba por la mente es que la información está realmente desordenada.

Los canales disponibles

Cuando revisas cuántas cuentas de Instagram, Facebook y Twitter hay dentro de La Católica, te pierdes rápido. Muchas de estas cuentas pertenecen a centros, consejeros, escuelas, direcciones, departamentos dentro de direcciónes, y durante la última semana la mayoría publicó información sobre las inscripciones.

El problema de esto es que si comienza a ponerse la lupa sobre la información, te das cuenta de que hay muchas cuentas que publican las cosas de manera parcial, o que publican tanto que las cosas se pierden rápido o se torna difícil saber qué es lo que necesitas realmente.

Otras de estas cuentas publican cosas ligeramente alteradas, no por mal seguramente, sino por error de un diseñador o un encargado de redes que no entendió bien el contenido.

Entonces, haz el ejercicio: si necesitas encontrar información sobre el proceso de  inscripciones UCAB ¿a dónde vas? Mientras más compleja sea la respuesta, más difícil es acceder a lo que necesitamos.

Mea Culpa

Queda claro que el tema no es un campo de flores: hay muchas variables que no podemos controlar y que afectan negativamente el inicio del semestre. Son tres semanas que  todos queremos que terminen.

En esta misma reunión de VidaUCAB, una de las cosas que se hacía evidente es que no existe una explicación fácil en este tema. Pero todos estábamos demasiado molestos por los rebotes en la escuela, las informaciones mal dadas y lo difícil que es entender todo el sistema.

Este rechazo natural hace que las inscripciones pasen a ser un personaje de terror, una historia -que como el hold-, esperemos que termine rápido. Además, se está creando una cultura de rechazo automático con todo lo que tenga relación. Es un tema que vamos ignorando porque nos consume… Por eso preferimos hacer memes antes de hablarlo o investigarlo, parece que finalmente no podremos cambiar nada así que ¿pa´ qué?


Sofía Jaimes, arte y composiciones del recuerdo


¿No se parece demasiado a lo que nos pasa en el resto del país?

Me molesta pensar que di todo por perdido en el espacio que, justamente, me hace sentir lo contrario todos los días.

No tengo muy claro qué hacer para no sentir esto, pero viendo a mi alrededor me encuentro con escuelas trabajando con estudiantes que, sin estar en cargos de consejeros, dan horas de su vida en tratar de organizar las cosas.

Veo a consejeros sudando después de atender la queja número mil, queriendo dar respuestas. También he tenido la oportunidad de ver a estudiantes organizándose para escribir informes sobre las cosas que pasan en este proceso y así trabajar junto a la universidad para mejorarlo.

No estoy seguro de que esta gente sea la mayoría, de hecho pienso que es todo lo contrario. Pero mientras estaba en esa reunión de VidaUCAB, planeando un meme épico sobre hacer cola, había gente que estaba en esas mismas colas tratando de resolver problemas. Si eso no es un choque con mi conformismo, no sé qué será.

A ver, no quiero decir que pienso que toda la culpa es de nosotros los estudiantes por no ver el panorama entero. Las inscripciones llevan años dejando mucho que desear. El sistema parece no soportar la complejidades individuales de cada estudiante, existen escuelas que se atrincheran y cierran sus puertas ante la horda de estudiantes frustrados y perdidos, y en ocasiones (me gustaría pensar que pocas) el servicio de atención al público no es lo mejor del mundo.

Después de escribir me queda la tarea de ejercitar mejor la manera que tengo de quejarme de las cosas y no solo dejarlo ahí. Aunque termino con una pregunta después de todo lo que hemos vivido: ¿Aún creemos en que las cosas pueden mejorar?