23 DE ENERO

¿Cómo estoy después del 23 de Enero?

Después de las marchas del 2017, corté puentes emocionales con la política venezolana. Me quedaba en el país pero sin invertir en esa forma de solucionar las cosas. El 2018 fue un año de muchas noticias increíbles, pero me hice la idea de que vivía en el País de las Maravillas: en la corte de la Reina Roja. Luego de eso todo parecía lógico, no importa cuán sin sentido fuera el cambio o suceso que llegaba a mis oídos, todo me parecía lógico en este país.

¿Cómo se llama lo que siento?

He estado intentando etiquetar lo que he sentido en estos días, sobre todo este 23 de enero, pero no estoy seguro de qué pasa…

Las noticias de levantamientos, saqueos y enfrentamientos en zonas populares de Caracas van en aumento y suceden impredeciblemente, sin que nadie los convoque y sin necesitar de un liderazgo. Estas noches he visto como van sucediendo cosas que tardaron semanas en las protestas del 2017, por lo que quizás debería concluir ahí: “estoy sorprendido”, pero estoy seguro de que no es lo único que pasa dentro de mí.

El asombro no opaca la sensación de miedo que producen el mar de noticias que me llegan. Pero no es único ni escalofriante, es miedo a la incertidumbre de no poder predecir qué pasará en las siguientes horas. También temo a las posibles consecuencias de los enfrentamientos, las muertes que se van quedando anónimas con los días, los negocios saqueados que no pueden recuperarse del golpe y las injusticias que cometen los cuerpos policiales que se dan con el más profundo silencio de los medios.


Playlist de Leonardo Marius


Sobre la esperanza

Si hay un miedo que de verdad me preocupa es el que estoy teniendo al ver la esperanza brotar en mí sin que yo haga nada para alimentarla. Más arriba contaba cómo había cortado cualquier lazo emocional con la política y dentro de mi cabeza era un tema que, aunque estaba ahí, no solía prestarle atención.

Después de estos días no puedo negar que me he encontrado pensando en esta etapa con esperanza,  esperanza que intento dominar y volver lo más consciente y equilibrada posible. Tantas veces antes la entregué , por tan poco, fundamentada en cimientos fantasiosos y que seguía ciegamente por el bien mayor para que, al final, resultara en silencio súbito. En una sensación de pérdida y de desesperanza provocada por una quimera todopoderosa a la que no se le podía enfrentar.

Hoy después de haber marchado, veo esa pared que levanté para no sentir más decepción política y la veo con brotes de vida por cada rendija. Casi me cuesta admitir que siento esperanza dentro de mí. Lo más raro es que yo no la puse allí, no la regué, no hice nada por ella; pero, escribiendo esto, logro reconocerla con preguntas que surgen después de ver videos y noticias de lo que va pasando. ¿Será que esta vez sí?

Mi tarea ¿En dónde está mi certidumbre?

De lo que estoy claro es que después de marchar este 23 de enero, seguiré en este camino, no importa lo “aguantaita” que tenga la esperanza. Siento que muchos estábamos esperando un empujón para ponernos nuevamente al servicio (de forma política) del cambio que espera nuestro país.

Sin embargo, esto no cambia nada la confusión y la sorpresa que siento (sentimos) ante lo que está pasando. Me pongo de tarea pensar en qué tengo seguro en este tiempo. Las protestas de 2014 y 2017 tuvieron consecuencias emocionales devastadoras para mí (y seguro para muchos), porque una parte de mi fé en el cambio político se apagó, casi completamente.

Pero en ese mismo tiempo surgieron cosas que me han mantenido de pie en Venezuela: amistades que cerca o lejos me han acompañado y que se han convertido en la resistencia ante cada locura de la corte de la Reina Roja. Haber encontrado una forma de aportar al país, se volvió mi protesta diaria ante lo que pasaba, con la consciencia que requiere de un sacrificio más grande y a largo plazo.

De las protestas de años pasados aprendí que nada va a cambiar por una magia súbita que de repente arregle todo. Me gustó ver y escuchar en la marcha que este no era el definitivo del cambio, sino el comienzo de un trabajo a largo plazo; porque para mí, la situación que vivimos se soluciona solo pensándola a largo plazo, entendiendo el valor de cada día de constancia.


Julen Azpiritxaga, reinventando cómo ayudar al país


¿Qué vamos a hacer?

Al marchar, una de las muchas cosas que me sorprendió fue ver a los grupos que participaban en 2017 tan bien organizados como si no hubiese pasado un día desde la última protesta: los Cascos Azules estaban ahí preparados con sus equipos, atendiendo a quién lo necesitara; mientras que Las Piloneras y Dale Letra al Cambio estaban tan enérgicos como siempre, cantando consignas de paz.

Ver esta energía que había estado en reposo y que ahora despertaba como si no hubiese pasado el tiempo, me hizo pensar cuál sería mi papel en esta etapa, habiendo cometido todos los errores en el pasado: exceso de confianza, mala planificación, mala comunicación y falta de compañía, que me llevaron a separarme de todo.

Veo que hay que hacer muchas cosas en paralelo: seguir trabajando en lo que he invertido tanto en el país, pero sin abandonar mi nicho, mi forma particular de aportar. Otra cosa que debo entender es cuál es mi papel dentro de lo que pasa ahora y cómo puedo involucrarme para ayudar, quizás de formas nuevas que nunca me haya planteado, pero consciente de que no hay magia ni mesías en estas historias.

También debo actualizar mis medios, reentender los canales de información y comunicación, porque sin duda han cambiado. Estos días la confusión crece y la pregunta constante va a ser ¿Qué está pasando?  Será importante hacerla a cada rato con amigos y familia. No solo para conocer los hechos sino para entender qué pasa en nosotros .

¿Tenemos esperanza? ¿Cómo vamos a acompañarnos o a acompañar a los padres de nuestros amigos que están fuera del país? ¿Cómo vamos a enviar y recibir información de los que están afuera?, más confundidos que nosotros.

Por último, debo decir que me mantengo consciente de los errores, mucho más alerta que nunca. Hasta ahora, puedo decir que aunque muchas cosas me han gustado y me han energizado como para salir a marchar de nuevo, hay otras que me preocupan y a las que creo que hay que prestarle atención. Las estadísticas de fallecidos en los últimos días, por ejemplo.  ¿Por qué no hay nombres y causas? como pasaba antes… Hay que estar atentos para no cometer errores por omisión.

A la hora en que se publique esto, quizás han pasado cientos de cosas que cambiarán el panorama. Todo está cambiando ¿Cómo estás tú?

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Julen Azpiritxaga, reinventando cómo ayudar al país

Julen recuerda esta época como un momento de radicales cambios en su vida:

A mi siempre me interesó la política, recuerdo sobre todo la época del movimiento estudiantil del 2007, yo no iba a marchas, en ese momento estaba en cuarto grado, pero  veía a mis papás saliendo a la calle y la unidad de la gente en un momento tan oscuro. No entendía qué pasaba pero esto hizo interesarme mucho por lo que se podía hacer a través de la política.

Antes de las protestas del 2017 yo tenía la idea de que se podían cambiar las cosas a través de buenas políticas públicas, que tuvieran un gran impacto en lo social, como las propuestas de km cero. Sin embargo unos meses antes de las protestas había la sensación de que se acercaba algo y me interesé por formar parte de la representación estudiantil. 

¿Cuál era tu papel en las marchas?

Al principio ninguno, trataba de ayudar en lo que podía, pero poco a poco fui asumiendo, con un amigo, funciones de él que era el Coordinador de Seguridad del movimiento. Hasta que un día entre todos me propusieron el cargo oficialmente.

¿Qué hacías como coordinador de seguridad?

Bueno estaba pendiente de que todo  el mundo llegará bien a su casa. Viendo en retrospectiva fue un trabajo que por toda la consciencia del equipo resultó en que no ocurrieran cosas demasiado graves con ningún UCABISTA.

Yo me paraba a eso de las 4 todos los días para bajar a Caracas, yo vivo en San Antonio, organizaba a la gente y planificaba rutas de acceso seguras para tener mayores probabilidades a que nadie saliera herido.


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Cuando veo a Julen hablando de este momento de su vida su rostro cambia, se torna más serio y se nota que está trayendo a la entrevista muchos recuerdos con una gran carga para su vida. Me recuerda lo que viví en las protestas del 2014 y todo el fracaso y desesperanza que sentí cuando todo eso terminó en nada cuando paró la calle y no puedo evitar preguntarle:

Cuando paró la calle todo parecía que pasó en un momento ¿Qué te quedó de ese momento?

En medio de las protestas el padre Leo reunió a un grupo del movimiento y recuerdo que nos preguntó “¿Qué pasa si se acaban las protestas sin que pase más nada?” en ese momento ninguno aceptaba que eso podía pasar, que si se apagaba la calle se acababa todo por lo que habíamos luchado. Ahora, puedo ver que el mundo no se acaba hasta que se acaba.

La calle se apagó pero la esperanza no porque estar afuera, lejos de todo lo que yo quería me hizo comprender que yo aún tenía cosas por las que luchar pero que no iba a ser por el medio en el que le había puesto toda mi esperanza.

De las protestas me quedó mucho de otra gente, cómo debes estar cerca de la gente para poder ganarte su confianza, cómo solo con el contacto directo puede lograr que otros entiendan tu autoridad, no porque eres el jefe sino porque los conoces cuando tienen miedo o tristeza y cuando tú mismo eres capaz de demostrarla.De esta experiencia me quedaron excelentes amigos incondicionales, como Carlos. También aprendí mucho de lo que significa poner tu vida en manos de otra persona.


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Es fácil reducir a una persona a un momento de su vida.  Julen vivió el momento de las protestas con una intensidad que lo llevó a crear una experiencia nutritiva y que le dejó algo y de lo que tengo mucho que aprender.

Pero este estudiante de economía no se reduce a su paso por el movimiento estudiantil. Me sorprendió saber que antes de entrar en la universidad probó suerte en el País Vasco dónde estudió cocina y que luego volvió a Venezuela con una conciencia más grande de lo que significa la familia y de lo que significa estudiar una carrera universitaria

“Apenas entre en la UCAB me impresionó la estructura de la biblioteca y sus espacios, me emocionaba estudiar aquí”.

Ya habías estudiado afuera, imagino que tenías una idea más clara de lo que querías

Bueno, al principio quería estudiar comunicación por el contacto con la gente, pero necesitaba algo de números en mi vida para ponerme estructura. Terminé en economía y fue la mejor decisión. Bueno como todo, hay materias que no te gustan y eso.

Pensando en eso después de todo lo que pasó veo como mi carrera puede ayudar a cambiar lo que creo que puede mejorarse en el país. Solo que uno aprende que es un proceso lento.

¿Qué te ayudó a ver eso mejor?

Fue algo que comencé a ver cuando hice mi primera experiencia en PAZando.  Cuando uno va al interior deja muy poco allá pero se trae mucho a la universidad. Haces real el interior del país y sus problemáticas, entendemos mejor por qué no funcionan las cosas.

Al volver al país después de las protestas esto se me hizo más claro, mi compromiso con PAZando creció y también mi compromiso con las cosas que me di cuenta que eran más importante como mi familia, los espacios donde se construyen relaciones.

Y ahora ¿qué viene?

Uy…

Bueno ahora mismo estoy trabajando en una empresa de finanzas para tomar experiencia y en mis proyectos personales estoy mucho más involucrado con PAZando ya que la organización donde mi hermana tiene relación con este proyecto.

También junto a mi hermano estamos trabajando en la junta directiva del Centro Vasco para apostar a los lugares que hacen familia.

Hablar con Julen hace darme cuenta de cómo se hace verdadera experiencia de las cosas, dándote cuenta del valor de lo inesperado y me hace preguntarme cómo viví yo las experiencias de protesta y cómo llevo vivir en Venezuela ahora ¿A qué le estoy construyendo? Espero tener más conversaciones así para seguir haciéndolo consciente.

FERIA DEL LIBRO

La UCAB: Sede de la III edición de la Feria del Libro del Oeste de Caracas

Desde el 26 de noviembre hasta ayer 2 de diciembre, se realizó la Feria del Oeste del Libro, en la Universidad Católica Andrés Bello, con numerosas actividades como festivales de cine, conciertos, exposiciones, consversatorios, entre otros.

Con el objetivo de fomentar la lectura y el arte en el país, nos encontramos, además, con un llamado hacia la reflexión y la creación artística.


Aumento de matrícula: ¿y ahora qué %$*# hacemos?


España presente

La ceremonia inaugural contó con la presencia de los escritores españoles Rafael-José Díaz y José María Pérez Zúñiga, quienes discutieron sobre diversos temas artísticos durante el transcurso del día. Contando además con un recital de poesía, posterior al acto inaugural de danza flamenca, en la entrada del Centro Cultural y Biblioteca.

Una exposición, con la colaboración de la Embajada de España, ponía a la luz información sobre el episodio histórico en que diplomáticos  ayudaron a judíos durante el Holocausto, en la Segunda Guerra Mundial. Dicha exposición explicó los conflictos legales y políticos que tuvieron que asumir aquellos que decidieron velar por la libertad de los seres humanos, en medio de una de las guerras más catastróficas que ha visto el mundo.

En el Encuentro con Poetas Venezolanos, el poeta español Rafael-José Díaz dialogó sobre las diferencias que existen en el mercado de poesía a nivel trasnacional en Latinoamerica; la comercialización como obstáculo hacia la creación de un contenido profundo en la poesía y las transiciones a la que esta obra literaria ha estado sometida en la postmodernidad.

También se organizó un conversatorio titulado Tertulia: La novela negra y policial. Se mantuvo un diálogo sobre la relevancia que tiene el cine negro sobre la literatura negra, al igual que los procesos comunicativos que la diferencian unas de otras. Se discutió sobre la inspiración y la forma en la cual el guión tiene un impacto dominante en una serie o película de este género.

Asimismo, los expositores revelaron sus técnicas de investigación al escribir en un libro detectivesco o criminalístico y afirmaron que es esencial la propiedad del lenguaje para entablar un diálogo, no solo entre los personajes, sino entre el lector y la sociedad.

Un taller de escritura creativa en inglés, complementaba la jornada. Contó con la colaboración del Centro de Desarrollo de Lenguas y se basó en los principios fundamentales que una novela y ensayo deben tener, al igual que las características estilísticas y del lenguajes que deben ser propiamente manejadas a la hora de escribir.

Simultáneamente, la actividad de Literatura alemana contemporánea tuvo un “masterclass” sobre las obras más destacadas en la historia alemana y cómo estas se proyectaron y se difundieron en la literatura universal.


La Playlist de Coello


Florecemos en el abismo

Uno de los eventos más importantes, tal vez por su investidura, fue el de la distinción a la Orden Andrés Bello, otorgada al poeta larense Rafael Cadenas, una de las distinciones más altas de la Universidad.

En este evento se expuso la importancia actual que tiene el poema como medio de comunicar lo presente y las distinciones particulares que entabla Cadenas en sus obras, cuyo renombre le ha otorgado el Premio Reina Sofía de Poesía y el Premio Internacional de Poesía. El evento estuvo amenizado con piezas compuestas por venezolanos y españoles, que fueron ejecutadas por el pianista Carlos Urbaneja.

En la ceremonia se destacó que, a pesar de la crisis y la adversidad, también existe la creación, que existe poesía mediante la crisis, en la cual nos desenvolvemos ya que, como expresado en uno de los poemas del autor, “florecemos en el abismo.” El escritor Cadenas, al recibir la Orden, afirmó: “No olvidemos que el desarrollo de un país depende de sus universidades.”

Una jornada que sin dudas, enalteció los espacios y el nombre de nuestra Universidad.

 

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Maneras de llegar a la UCAB

El Metro

La primera opción, cómo no podría ser el metro. Esta ruta, quizá la más utilizada por ucabistas que se transportan desde Caracas, Caricuao o Los Teques; es “La vieja confiable”. Con la única diferencia que esta sí que falla, a veces. La famosa línea 2, parte desde Zona Rental en Plaza Venezuela y se desplaza hasta Caricuao o Las Adjuntas, dependiendo de en cuál andén lo agarres. Sin embargo, para efectos de llegar a la UCAB, da igual, considerando que por la estación de Antímano pasan los dos.

Mi recomendación es agarrar el del andén de las Adjuntas, suele salir más rápido, aunque a veces puede que se te vaya a Bello Monte y si eso sucede, prepárate a media hora más, involuntaria, de viaje. Obviamente que para los que viven en la otra punta, dígase Caricuao o Las Adjuntas el proceso es el mismo, sin embargo, sufrirán menos, pues solo son 3 estaciones.

El carro de tu amigo.

Si los dos van a la uni y no te da la cola desde donde estés ¿Son realmente amigos?


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La camionetas por puesto

El metro falla, muchas veces te va a fallar. Recuerdo una vez, llevar casi una hora en la estación Nuevo Circo y el metro nada que arrancaba. La solución fue salir a ver que conseguía para irme. Lo que hice en ese momento, fue subir a la Av. Universidad en búsqueda de otras opciones. Mi sorpresa fue saber que allí pasan unas camionetas que van derechas hasta Antímano, pasando por Capitolio, la Av.San Martín, La Paz, La Yaguara y finalmente Antímano.

Desconozco su proveniencia, pero los antiguos cuentan que salen desde Bellas Artes. Suele ser un poco más rápido que el metro, pero todo dependerá del tráfico. Recuerden que los va a dejar por la parte trasera de Antímano, no vayan a pasarse y terminar en Mamera, ya ha sucedido.

Taxi o Moto Taxi

Si tienes dinero, desde donde quieras.

Y aquí estamos casi terminando. Mira que hubiese soñado terminar en el pasado párrafo pues estoy a punto de develar uno de mis más preciados secretos (el cuál, eventualmente, me contaron pero ese no es el caso). La mejor manera de ir hacia La Católica si vives de Plaza Venezuela hacia el este.

Volar

No, mentira. Eso se los cuento en otra nota.

El Metrobús de Plaza Venezuela.

Por una extraña razón, no es muy conocida por los ucabistas o, quizás, la gente en general lo que la hace poco concurrida y la convierte en una ruta VIP. Agarrarla es fácil, tan fácil como salir a zona rental caminar como si fueras hacia la fuente de Plaza Venezuela y esperar en la cola que está esperando el metrobús hacia Zoológico. Suelen estar varios empleados de Sitssa sentados en unas sillas, casi siempre, frente a la cola, así que no puedes perderte.

La primera vez que me embarqué en esa aventura, llegué a la universidad en la friolera de 15 minutos, ya que se va por la autopista. ¿Suena imposible verdad? ¿Verdad que con el metro son 30-40 minutos y 3 horas con 20 si llegas a irte a Bello Monte por mala suerte?


La universidad: un bufé de conocimientos


Bueno, para eso está aquí el tío Alessandro, para compartirles sabiduría y hacerles el viaje hasta Antímano un poco más simple. ¡Ah! Casi se me pasaba, también hay camionetas que pasan por allí, son un poco más costosas, pero bueno, eso es toda culpa de tu amigo con carro que no te da la cola.

Espero que les sea de gran ayuda, ya que para mí en su momento lo fue. Me asombra siempre cuando me llegan amigos, llorando por cómo estaba el metro y cuando les pregunto por qué no agarraron el metrobús o la camioneta, me responden que no sabían que existían, así que ya es hora que los ucabistas se enteren y puedan hacer del viaje hacia la UCAB algo más ameno. Y CHAMO, SI TIENES CARRO, DALE LA COLA A TU AMIGO. ÉL TE NECESITA. SÉ BUEN AMIGO.

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Jesús David Cañizales: “el Rugby, una pasión de vida”

¿Cómo llegaste a jugar Rugby?

– Todo empezó hace aproximadamente 8 años, cuando aún estaba en bachillerato.  Uno de los compañeros de universidad de mi hermano jugaba en el Club de Rugby de la UCAB. Invitó a mi hermano a participar y él aceptó y se dispuso a practicarlo.

Un día, llegando del entrenamiento me comenta: “Jesús David, me ha gustado mucho el deporte; quisiera ir a experimentar por dos semanas más para luego llevarte a ti que te encantan los deportes”. Y después de pasado ese tiempo, me integré yo al Club y ha sido una de las mejores experiencias que he tenido hasta el día de hoy.

¿Qué es lo que más te gusta del Rugby?

– El compartir con mis compañeros. Siempre tenemos como tradición encontrarnos todos los sábados: ya sea para disfrutar de un juego de la liga, o para reunirnos; siempre se mantiene esa buena conexión y eso también lo transmitimos dentro del campo. Somos muy unidos. Siempre, si necesitamos algo, sabemos que tenemos a otras personas a las que podemos pedir ayuda. Esa camaradería que es muy propia del Rugby y me gusta mucho.

Aparte de este aspecto humanístico, ¿Qué tal te ha parecido la disciplina en términos de su exigencia física?

– Bueno, es un deporte que requiere de mucha exigencia física. Teníamos un entrenador que siempre nos decía que para jugar Rugby, había que estar en forma; no debías llegar al Rugby para ponerte en forma. Creo que eso es algo que siempre oí de mis entrenadores, los cuales aprecio muchísimo por las huellas que dejaron en mi desarrollo como atleta.

Algunas exigencias que requiere el Rugby son: ser un buen corredor, tener mucha resistencia física, estar preparado para levantarse, correr, reposicionarse, etcétera, ya que es un juego continuo y sin pausas, a diferencia del Fútbol Americano.  Y creo que es importante tener presente en todo momento que los límites están en la mente. Es por esto que se tiene que buscar la manera de  vaciar el cuerpo en el campo de juego.


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Teniendo esta gran responsabilidad de ser Capitán del Club de Rugby de la UCAB, ¿de dónde sacas el tiempo para estudiar también?

– Bueno, como ya te comenté, nosotros siempre tratamos de transmitir nuestros valores fuera del campo, en cada aspecto de nuestra vida. Diría entonces que el Rugby ayuda muchísimo porque la disciplina que debes tener en el juego, es algo que deja huella en los demás ámbitos de la vida cotidiana. Y esto es algo de lo que hoy, lamentablemente, carece mucho la sociedad venezolana. La mediocridad que hoy en día vemos, es algo que nosotros queremos subsanar y eso es lo que nos convierte, diría yo, en unos super atletas: siempre buscando hacer muy bien las cosas, somos fieles creyentes de que podemos ser el experimento perfecto del hombre.

Por ejemplo, yo con mis estudios soy muy centrado. Puedo tener la responsabilidad de ser capitán del equipo, pero pienso que si elegí mi carrera, es porque me gusta y no porque estoy obligado. Ante las cosas que a uno le gustan no hay excusas, porque se quiere hacerlo bien. Esa es una de mis premisas a la hora de estudiar, a la hora de tomar esta responsabilidad: si estoy haciendo algo que me gusta, ¿por qué debería hacerlo mal?

Jesús, cuéntame, ¿por qué no estás activo ahora como estudiante?

– Yo creo que una de las principales razones es el tema económico en el país, que cada vez se va agravando un poco más. El poder adquisitivo dentro de la familia venezolana es también más crítico y bueno, mis padres son personas muy trabajadoras: mi padre es transportista y mi madre es profesora dentro de un plantel educativo, cerca de las adyacencias de la UCAB, con un salario mínimo como pago.

Una de las razones por la cual no seguí estudiando fue esa: ver a mis padres trabajando tan duro, tratando de pagar la universidad y, además, corriendo con todos los gastos de la casa (comida, ropa, etc). Son cosas que me impulsaron a salir a ayudarlos.

Y, ¿no has aplicado a un programa de Becas que te ayude a financiar los gastos de la Universidad?

Yo tuve la oportunidad de pedir la ayuda económica. Pero hace 3 semestres, con la llegada de las protestas al país, muchos profesores se encontraban fuera de Venezuela y perdí la oportunidad de recibir muchas clases. Además, donde vivo la mayoría de las estaciones de metro se hallaban cerradas y mis padres tenían miedo de que a mí me pasara algo; siempre me mantuve con ellos. Fue por eso que, debido a la falta de muchas clases, la universidad me retiró la ayuda económica.

Y hoy en día, ¿en qué estás trabajando?

– Ahora estoy trabajando en un comercio muy pequeño, atendiendo a las personas en el mostrador.  Estoy allí, pero a la vez buscando otros trabajos que generen ingresos junto a mi padre. En este momento, nosotros tenemos un pequeño negocio y ha sido una de las cosas que nos ha mantenido con ingresos en casa.

El día de mañana ¿te ves a ti mismo ejerciendo otros cargos de liderazgo en el equipo de Rugby, o es acaso algo más temporal?

– Hay que reconocer que aquí en Venezuela el Rugby es un deporte no remunerado, sino amateur.  Existen otras ligas como las europeas, donde el atleta de Rugby sí cuenta con beneficios económicos. Como el sueño de cualquier deportista, no puedo negar que me encantaría llegar a alguna de esas ligas, pero es un trabajo arduo que se tiene que empezar desde muy pequeño.

Como en el Rugby, yo siempre trato de ser la mejor versión de mí mismo. Me gustaría muchísimo llegar afuera y jugar representando al país, pero también me gustaría ser una persona exitosa en cualquier trabajo que pueda realizar. Es por esto que llevo presente los valores a cualquier lado donde voy y ya dependerá de las oportunidades que se me presenten en el camino, el saberlas aprovechar.


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Jesús David Cañizales fue nombrado recientemente Capitán del Club de Rugby de la UCAB a pesar de no haber continuado sus estudios dentro del recinto universitario. Su sueño, al igual que el de su hermano, es convertirse en profesional y demostrar sus talentos en campos de Rugby alrededor del mundo. Independientemente de cómo le vaya, no deja de expresar la importancia de trasladar los valores aprendidos dentro del campo hacia cada ámbito de la vida porque según él: “El Rugby es, más que un hobby, una pasión para mí”.

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Gracias por quien soy: “Por él, estudio en la UCAB”

Todo comenzó un septiembre de 2013. Yo acababa de llegar a Venezuela y estaba un poco perdido. Los recuerdos de ese mes son un poco vagos, pero más que nada recuerdo a mi mamá buscando, por todos lados, cupo en un colegio.

El gran problema

No estaba siendo una tarea fácil, gracias a que la mayoría de estos no tenían un lugar para mí. Eso se traducía en jornadas interminables yendo de colegio en colegio, para recibir siempre la misma respuesta: un no. Diferentes mezclas de palabras, pero terminaba siendo siempre eso, un NO rotundo. Incluso, recuerdo un momento en el que parecía que por fin habíamos logrado conseguir un lugar para mí… Pero terminé recibiendo otro no. Según la directora, mi actitud a la hora de la entrevista fue desafiante. Y aunque no recuerdo, probablemente lo fuera.

La gran problemática que plateaban los colegios a la hora de aceptarme era que yo venía de España, con unas materias aplazadas y que nunca pude reparar. En ese país las reparaciones son en septiembre y aquí son en julio. Desafortunadamente, yo había pisado suelo venezolano en agosto: una especie de limbo de aplazados, razón por la cual casi ningún colegio quería encargarse de mi caso. Y es que eso significaría un papeleo que quizás no sabrían cómo hacer. Aunque algunos me ofrecían la posibilidad de volver a repetir segundo año, Terminaban diciendo que no.


Tipos de profesores


El señor misterioso

Ya septiembre iba a terminar. La mayoría de colegios estaban empezando clases y ¿adivinen quién no tenía aún nada claro? Mi madre ya había empezado a resignarse, hasta que un 23 de septiembre en la mañana, le hablaron de un colegio llamado Instituto Técnico de Adiestramiento para el Trabajo (I.T.A.T). Me imagino que mi madre al oír que existía esa posibilidad, no se lo pensó ni dos veces. Esa misma tarde estábamos sentados en la oficina de un señor mayor, alto, algo corpulento y con una voz grave. Voz que me hizo sentir miedo desde que la escuché en la sala de espera. Cuando por fin estaba sentado ante esa persona, me llevé la sorpresa de que ese personaje que había creado en mi mente, escondía debajo de su bigote una sonrisa infinita. Sonrisa que no dejó de tener nunca.

La entrevista no duró más de media hora. De lo que se dijo en ella, solo recuerdo risas y anécdotas. Nada parecido a las otras entrevistas en las cuales era pura seriedad y frialdad. Solo recuerdo su voz al decirle a mi madre que yo ya tenía un sitio donde estudiar, que no nos preocupásemos por nada, que él se encargaría de lo demás. Y de hecho, así fue durante 4 años. Él siempre se encargó de lo demás.

Él mismo me llevó a los salones ese día y me presentó a los que serían mis compañeros. Me dijo que si tuviera el uniforme listo, hubiese empezado esa misma tarde. Pero empecé el siguiente día, reparé las materias que tenía aplazadas y seguí en mi año correspondiente. Cosa que parecía imposible. Él se encargó de ello.

Así pasaron cuatro años en ese colegio. Y con cada año que pasaba, él se convertía en una figura más importante en mi vida. De hecho, fue gracias a él, que con 16 años, tuve la oportunidad de utilizar el inglés que había aprendido en algo útil. Empecé a trabajar como asistente de coordinación y después como profesor suplente en English For Kids, en ese mismo colegio, en las mañanas. Recuerdo, tras mi primer día de trabajo, correr hasta su oficina y al verlo, contarle todo lo que había hecho; como un niño le cuenta  a su padre lo que aprendió hoy en la escuela. Mientras, él estaba ahí sentado, como siempre, sonrojado y con una gran sonrisa bajo aquel bigote.

La misma sonrisa la tenía cuando hablaba con mi madre de mí. Aunque siento que exageraba las cosas para que quedara bien con mi mamá, o tal vez él si lograba ver lo que yo no veía en mí. Recuerdo a mi madre sentada en su oficina, preocupada por la universidad, y él del otro lado de su escritorio asegurándole que yo iba a estudiar en la UCAB; que no se preocupase, que él se encargaría. Mi mamá salió un poco perpleja, ya que el plantearse pagar la UCAB era algo fuera de nuestras posibilidades. Sin embargo, aquí estoy empezando mi tercer semestre en esta casa de estudios. Mi padrino se encargó.


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Gracias por quien soy

De él aprendí que todos tenemos algo que ofrecer en este mundo. Me hizo creer en mí en un momento en el cual yo creía no valer nada. Que si quería algo, con esfuerzo podría obtenerlo. Se convirtió en una figura paterna para mí, un confidente al cual ir a pedir consejo cuando no sabía muy bien qué hacer. Y él  siempre estuvo allí con su bigote y su sonrisa para ayudarme y guiarme.

Siempre me pregunté por qué se comportaba así conmigo, por qué tanto afecto hacia mí. Y fue allí cuando me di cuenta: yo no era su único ahijado, tenía por lo menos 16 más en mi misma aula y 150 en las otras. Carlos Maya fue así con todos y cada uno de los estudiantes que pasaron por las puertas de ese colegio y que en algún momento entraron a su oficina. Fue un padre para cada alumno de aquella institución y creyó más que nadie en todos nosotros.

El pasado viernes 21 de septiembre, a dos días de cumplirse cinco años de conocerlo, me enteré de que Carlos Maya, el “Padrino del Colegio I.T.A.T”, murió de cáncer. Y por eso estoy, hoy 23 de septiembre, rememorando y haciéndolo eterno en estas líneas. Sin él, no sería la persona que soy, no hubiera tenido las oportunidades que tuve, ni siquiera sé si hubiera empezado a creer en mí. Solo sé que cuando le entregue yo al mundo tanto como Carlos Maya le entregó, tendré el cielo asegurado. Pero sé que para ello aún me falta mucho y él, desde donde esté, se encargará de que lo logre.

Que en paz descanses, Padrino.

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Tipos de profesores

Existen varios “tipos” de profesores dentro de sus diferentes manifestaciones. Ya sea por sus características personales y hasta físicas, su forma de dar las clases, de evaluar o corregir, ningún profesor es distinto a otro. Por eso, como siempre, tras un arduo trabajo de investigación reporteril realizado por nuestro equipo, les traemos a los clásicos tipos de profesores dentro de la U. ¿Ya sabes en cuál encaja tu profe favorito?

El que idolatras

Este es el profesor que te hace sentir que tú también puedes ser profesor. El que te hace desear ser como él cuando seas grande. Es una persona cuyo conocimiento es abrumador, en el mejor sentido, porque es demasiado y te genera un sentimiento de admiración profunda. Incluso, sabe de cosas que no necesariamente tengan que ver con la materia que estés viendo con él o ella.

Pone ejemplos de todo, se sabe la teoría de memoria (casi que da clases sin diapositivas, y si las tiene, no las lee). No necesariamente tiene buena actitud o es el más pana -pero cuando esto ocurre se convierten en las profesoras o profesores perfectos-.

El pirata

Este es el profesor que no sabes cómo está ahí, ni por qué. Los que hacen que te falte como el aire, sí,  pero en este caso de la impotencia cada vez que asistes a sus clases.

Este tipo de docentes suelen ser indiferentes con todo y normalmente son “pasables”. Aunque existe una variación bastante interesante en esta categoría. También están los que, además de ser piratas -sí porque no se conforman con eso-, son difíciles de pasar: caletreros.

Dicen que dan cosas que nunca mencionaron, son intensos con la asistencia, dan un montón de materia, libros, guías. Al final, o van todas para el parcial o no va prácticamente nada (bueno, al menos nada de lo que te estudiaste tú).


Clásicos: los panas de la Universidad


La/Él maestro (a) nato (a)

Estos son los profes que tienen una actitud de “acompañamiento” y un sentido maternal/paternal que forma parte de sus personalidades. Son los profesores que te hacen pensar “¡que cuchi es!”, -aunque no lo digas-.

Se dirige a sus alumnos en tono muy amable. Es paciente, comprensivo, explica, resuelve dudas oportunamente, responde los correos, se sabe los nombres de los alumnos y todo ese tipo de cosas. Son muy queridos por sus estudiantes con una gran facilidad -¿cómo no?- y ofrecen su ayuda y buena disposición dentro y fuera del aula.

Generalmente, de la fusión entre los que idolatras y los maestros natos nacen los padrinos de promoción más queridos y recordados.

El reparador

Con este tipo de profesores ocurre un fenómeno muy especial que veremos más adelante. No se sabe cómo pero las cuentas nunca dan y, al final, casi el 50% del salón va a reparar. Hacen el semestre/año eterno porque cuando todo el mundo ya salió de vacaciones tú sigues en la universidad “gracias” a él.

Bueno, a veces sí sabemos cómo: no hiciste un c0#! y te quedó la materia. Entonces no quieras venir a sumar puntos de donde no los hay a ver qué milagro ocurre. Con ellos hay dos escenarios: pasar o no (¡dah!).

Pasar: se puede dar de varias formas. Estudiando como un demente y aprendiéndote todo al pie de la letra y en efecto que el milagro ocurra. O te pasa… Sí, porque resulta ser de los pura bulla que te hace vivir trauma y al final te pasa, sí, te pasa, tú no pasas.

No pasar: ni que venga papá Dios pasas, y ya… Listo. Porque 9,4 es 9, y punto.

El intenso

Estos profesores están atentos hasta del paso de una mosca en su clase. Son extremadamente estrictos con la hora de entrada y de salida. No dejan entrar tarde o después de la hora establecida por ellos (ah, pero se extienden casi hasta la siguiente clase). Pareciera que vinieran con un reloj incorporado.

Pasan lista, la gente pierde su materia por inasistencia, hacen evaluaciones en clase que no se recuperan. A veces estas son sorpresa, por si “casualmente” no fue mucha gente ese día. Se obstinan si entran y salen de clases a cada rato porque “me distraen, distraen a sus compañeros y se distraen ustedes mismos”.

Si te ven con el teléfono puedes desatar su ira de intens@. Si quizá no recuerda todos los nombres, sí tiene muy presente todas las caras. “Claro cómo va a saber de qué estamos hablando Ramírez si usted no vino la semana pasada y de paso le faltan dos talleres”.


Lo bueno, lo bonito y lo feo de la Feria


El tumba birrete

Ellos no deberían existir entre los profesores… Pero, malas noticias, sí existen. Son los que tienen la fama de impasables y una  fijación con raspar a los alumnos a toda costa. Primos hermanos del reparador, padres del intenso, pero únicos en su categoría: son terribles de una manera especial.

Se ganan este nombre porque cuando tocan en décimo semestre o quinto año de la carrera pues… A más de uno se han encargado de tumbarle el birrete.

El pana

Estos profes son ¡lo máximo! Son como esos tíos chéveres de la familia. No tiene que ver solo con lo académico, es decir, pueden saber mucho o poco, dar clases magistrales, tener mucha experiencia en la docencia o no.

Son los profesores con los que vacilas un montón. De los que te provoca invitar a las rumbas o a compartir unas birras (de hecho, los invitan, y resulta genial).

Bueno, seguramente nos quedamos cortos, pero es que si no sería infinito de escribir. ¡Es que hay muchos! ¿Cuáles fusionarías o agregarías tú para crear nuevos tipos de profesores?

Escrito por Violeta Odreman.

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Juan Giacopini: un ucabista al estilo MAGIS

Juan es un estudiante sobresaliente, pero ha entendido que las notas no son todo. Por eso, desde que inició la universidad se ha involucrado en diversas agrupaciones que, según afirma, lo han ayudado a crecer no solo como estudiante, sino también como persona.

Quienes conocen a Giacopini saben que la excelencia es algo que le caracteriza. Esa cualidad la pone en práctica en diferentes aspectos de su vida. De hecho, ha sido reconocido en diversos momentos por su promedio como estudiante… Y es que su pasión por el derecho le hace dar el 100% en cada una de sus materias.

Lo cierto es que Juan es un ucabista muy característico. Si lo ves en la universidad, lo reconocerás fácilmente porque siempre está en feria y rodeado de gente de su misma carrera.


Memoria y cuenta de la representación estudiantil: Letras


¿Quién es Juan Giacopini?

Sus amigos le dicen “Giaco” o “el rey de la labia”. Y es que Juan es experto en decirte lo que quieres escuchar. Tiene ese don de poner en palabras lindas cosas difíciles de decir.

A lo largo de sus tres años en la UCAB ha formado parte de diferentes agrupaciones. La primera fue el Centro de Estudiantes de Derecho (CED) para el período académico 2016-2017. Con esta experiencia empezaba y terminaba al mismo tiempo su camino político dentro de nuestra Alma Máter.

Luego, decidió incursionar en una agrupación muy diferente a lo que estaba acostumbrado: Sociedad de Debate“. 


“Siempre he buscado un lugar en el que pueda sentir que hago cosas diferentes. Y el debate argumentativo es algo que no se aprende todos los días. Por eso elegí comenzar en esta agrupación”.


Y es que esta institución le dio la oportunidad de crecer de una forma excepcional. Le brindó la oportunidad de desarrollar un pensamiento crítico, a entender las demás posiciones sin dar su brazo a torcer, etc. Asimismo, como persona lo ayudó a comprender el valor del compromiso, pues es algo que -según explica- le costaba mantener.

Tras un año en este grupo, decidió continuar con nuevas experiencias. Lamun UCAB fue la siguiente agrupación que le abrió las puertas.

Algo distinto 

Según Juan, ambas agrupaciones estudiantiles le han dado el sentido de pertenencia ucabista. Gracias a ellas, él lleva consigo el lema “Magis”en donde sea que se desenvuelve. Sin embargo, no fueron experiencias exactamente iguales.


“La principal distinción entre ambas instituciones es que, aunque se complementan, el MUN es una actividad de liderazgo y negociación. El ucabista que todos queremos ser es aquel multidisciplinario, y Lamun fue esa plataforma que me ayudó a  complementar mi formación profesional”.


Según explica, por ello logró obtener el primer lugar en su comité durante la competencia en Bogotá. Eso lo motivó a volver a la casa de los grandes viajeros llamada Lamun.

Juan Giacopini: de estudiante ucabista

Desde que ingresas a la universidad te enseñan que siempre hay que buscar ser los mejores y dar todo por la excelencia. Esto ha sido algo que Juan ha llevado consigo desde el día uno en la UCAB.

Por eso, para él ser ucabista es sinónimo de calidad tanto profesional como académica. 


“Me siento ucabista porque más allá de estudiar aquí, he adquirido una vocación de permanencia que me ha inculcado la universidad a pesar de las dificultades. Me ha enseñado a tener un compromiso con un tercero, y en este caso con mis amigos y mi país. Además, en ella he aprendido que nunca hay que conformarse y no dejar las cosas a media”…


Metas a futuro

A diferencia del común denominador, Juan Giacopini sí espera quedarse en el país al terminar sus estudios. Explica que la principal razón de esto es que ama su carrera y el derecho venezolano, por ende solo se ve ejerciendo aquí.

Todas las experiencias que ha tenido en la universidad lo han hecho a entender que Venezuela necesita personas que la ayuden a recuperar los valores que se han perdido. Por eso, él buscará hacerlo desde su ámbito de trabajo.

Es agradable saber que todavía nuestro país cuenta con una generación de relevo que busca hacer bien las cosas. Comenzando por su formación como profesional.

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La Playlist de Coello

Decidí abrir la entrevista con la pregunta más importante y el cometido de esta era saber si a Francisco Coello le gustaba la música. A lo que me respondió con mucho entusiasmo que sí, que le encanta la música.

– Desde que tengo uso de conciencia, me ha encantado. Desde la música que uno aprende en la escuela o te canta tu mamá, hasta las bandas sonoras de las series y las películas…

El Profe, que tuvo la gran suerte de crecer a finales de los 60 y principios de los 70, pudo empaparse de una de las mejores épocas de esta arte y nos dejó saber que este amor por la música nació con ayuda. Esto hizo que el Profesor aprendiera a oscilar, no solo entre géneros sino entre buena música, yendo desde le Rock, pasando por el Jazz y llegando hasta la música clásica.

– Tuve la suerte de conocer gente, empezando por mis padres y sus amistades, que le gustaba mucho la música… Y que además eran inteligentes, no se encasillaban en un solo tipo de música. Ellos te abrían las puertas hacia este mundo musical y te ayudaban a orientarte…

Música que marca

Ya entrando un poquito más en la entrevista, quería saber un poco más de lo que pensaba el Profe de la música. Así que decidí preguntarle cómo creía que la música había influido en su vida. A lo que el Profe responde inmediatamente que la música indudablemente influye porque es un placer que estimula toda tu consciencia. Independientemente del género, solo necesita ser buena música.

– …Además, te marca biográficamente. Uno va atando momentos de su vida a determinados elementos musicales. Por lo tanto la empiezas a relacionar con momentos que pasaron. Incluso la música te permite contar con momentos que le pasaron a otro. Vivimos en un mundo en donde presenciamos la interconexión entre la televisión, el cine, la radio, la industria digital, la discográfica. Por lo tanto la música ya no es solo aquella pieza que escuchas aislado del mundo, sino que también es la que acompaña los programas televisivos, bandas sonoras de series y de cine, el cual a su vez te marca, no solo con las películas sino que también con la banda sonora que está detrás. En ese sentido, la influencia es total.

Música buena atemporal

En este punto quería saber qué es lo que pensaba nuestro Profe del panorama musical actual, a lo que él no pudo ser más conciso con su repuesta, la cual me dejó una muy buena reflexión en mi interior. No se trata de música de ayer u hoy, se trata de buena música.

– Con el tiempo me he dado cuenta, justamente gracias a mi entorno musical, que no hay música moderna o música antigua. Lo que hay es buena o mala música, independientemente de si se creó hace 24 horas o hace 3 siglos. La música mala no nació con el reggaetón, música mala ha habido siempre.

Ya se acerca el momento el cual dejamos las chácharas de lado y empezamos a entrar en materia de recomendaciones. Y antes de empezar con la playlist, el profe tomó una pausa para hacerme entender mi terrible error.

– Es terrible, porque eventualmente serían más de 5 canciones. Además, seguramente luego me voy a arrepentir porque tenía que haber puesto aquella en vez de esta. Terrible, terrible esta pregunta.

Sin embargo, lo logramos, y aquí está…

La Playlist de Coello

Rolling Stones – Simpathy for the devil

– Me parece que esta es una de las obras de arte realmente fantásticas que nos ha dejado la música.

Frank Sinatra – Fly me to the moon

– Otro artista del cual podrías sacar montones de canciones. Sin embargo, esta es especial para mí. Es una canción espectacular, pero de Frank Sinatra probablemente habría 100 más que también lo son.

Ennio Morricone – La Banda Sonora de Cinema Paradiso

– El tema principal de esta película italiana, es realmente una cosa conmovedora. Está compuesto por uno de los mejores autores de bandas sonoras, no solo de Italia, sino del mundo.

Johan Sebastian Bach – Conciertos de Brandemburgo

– Para que veas que fácilmente podemos ir hasta la música clásica. Lo que hizo ahí Bach fue de otro mundo. Pero como anteriormente te comenté, de Bach también podríamos tener listas interminables.

Zenet – Aguas de Levante

– Un cantante español que conocí hace poco.  Tiene una forma de cantar, realmente espectacular. Combina música andaluza con Jazz, Tango y tiene una manera de cantar súper arr#*!a .

Con este último increíble artista, cerramos la Playlist de Coello. Después de esta charla me queda mucho más claro el poder que tiene la música sobre las personas. Lo cierto es que esta playlist está espectacular. ¿Ya te imaginas cómo sería la playlist de tu profesor favorito? Nosotros seguiremos investigando…